Cuando la economía circular aún no se llamaba así, la Fundación Formació i Treball ya la tenía como actividad principal para inserir en el mercado de trabajo a personas de colectivos vulnerables. Fue en 1992 cuando, impulsada por Cáritas, nació ya con la recogida y recuperación de ropa y de muebles como actividades principales. Cuenta con 800 personas a día de hoy, entre trabajadores y personas en formación, más o menos mitad y mitad, ya ha atendido 45.000 personas en sus 32 años de historia, de los que 9.146 han entrado al mercado laboral. 

"Ahora mismo, existe una gran demanda en el mercado de trabajo y nosotros podemos formar a personas que sirvan para estos puestos", explica Jordi Alberich, presidente de la Fundación. El año pasado, 771 personas entraron en el mundo laboral pasando por la fundación, que factura 30 millones de euros anuales y consigue mantenerse casi en su totalidad con su propia actividad, tanto de venta de ropa y muebles como con el restaurante Dins, que tiene en Sant Adrià del Besòs. Las personas que son atendidas por la Fundación tienen una supervisión de los técnicos que trabajan en ella, que ayudan con su supervisión a mejorar la pasarela hacia el trabajo de las personas vulnerables y en riesgo de exclusión.

TEXTIL
Reciclaje y venta textil de la fundación. 

La última inversión de la empresa, de 10 millones por una nave industrial en Sabadell de más de 40.000 metros cuadrados, debe dar un nuevo impulso a la actividad con un aumento de 20.000 toneladas anuales de capacidad de ropa gestionada por la entidad, que a día de hoy recoge selectivamente el 32% del residuo textil que se genera en Catalunya. Cuando, para el mes de verano esté a pleno rendimiento, debe dar trabajo a 250 personas. 

"La Comisión Europea incorporará un marco regulador que obliga a reciclar el textil como ahora sucede con otros residuos", apunta Alberich para destacar la importancia estratégica de su actividad, que a la par que consigue incorporar al mercado laboral a personas de entornos vulnerables, desde expresidiarios a migrantes recién llegados pasando por todas las situaciones de exclusión, contribuye a reducir la huella ambiental de las actividades económicas. 

La "batalla de las ideas"

"Trabajamos la recogida, el tratamiento y la venta, la tecnología ya permite recuperar la materia prima de la ropa para volver a hacer de nuevo y en este proceso nuestra actividad es importante", desarrolla Alberich, que más allá de la inserción laboral y del trabajo sobre el terreno destaca la importancia de la fundación "en la batalla de las ideas". 

Se explica: "Existe un porcentaje de gente que se queda al margen de la sociedad y eso arraiga, se transmite de generación en generación. Se rinden. Incluso con crecimiento económico, este porcentaje se queda allí, atrapado entre el problema del trabajo y el de la vivienda. Inserir en el mundo laboral a estas personas ayuda a combatir unas ideas que se están conformando, aunque aún no son mayoritarias, de quienes creen que si hay un 25% de pobres es porque quieren". Por eso, el lema escogido para el evento celebrado por la fundación la semana pasada en el Cercle d'Economia tuvo como lema: "La marginalidad no es irreversible". 

Tal y como apunta Alberich, un 24,4% de catalanes se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social, con las mujeres peor paradas y hasta un 8,9% de privación severa, es decir, con problemas para acceder a bienes básicos para el bienestar. Los menores de 16 años son las personas más vulnerables, con un 33% de ellas en riesgo de pobreza, así como parados y extranjeros, según apuntó hace semanas un IDESCAT que muestra que madres solteras migrantes con hijos se encuentran en una situación especialmente delicada. 

La fundación, con el textil como puntal con 1.748 contenedores, 32 puntos de venta de segunda mano y 423 puestos de empleo de personas vulnerables, cuenta con dos patas más. En el alimentario, cuenta ya con 7 restaurantes y con servicios de catering, mientras que en el sector servicios apuesta cada vez más. Limpieza, reformas, lavandería industrial y tratamiento de compostaje son algunas de las líneas.

Patricia, camino al mercado laboral

Entre los casos de éxito se encuentra Patricia García, que llegó a la fundación a través del programa del Govern ACOL, que facilita el acceso al permiso de trabajo. Se está formando como administrativa y su vida ha dado un vuelco. Como migrante y madre soltera de tres hijos, forma parte del colectivo más vulnerable (y luchador). "No tenía experiencia en este sector, me están enseñando y me están orientando hacia adónde puedo ir. Tengo un sueldo desde el primer día y creo que con la experiencia que estoy adquiriendo y las formaciones que he sumado, tendré mejores herramientas en el mercado laboral, cuenta a ON ECONOMIA. 

Catalán, cursos de ofimática y una capacitación como administrativa serán posibles en parte por la Fundación y en parte por el ímpetu de Patricia, que algunos cursos los ha hecho por su cuenta. "La calidad de las personas que trabajan en la fundación, cómo me acogieron... realmente estoy muy agradecida por ello", narra una protagonista que hace bueno el lema de la fundación y consigue superar las dificultades que tienen los recién llegados.