En septiembre de 2021, la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, anunció la nueva ley de FP que, entre otras cosas, buscaba que toda la Formación Profesional sea dual, o sea, compartida entre centro y empresas, teoría y práctica a partes iguales con sueldo desde el segundo año. Aseguró que ayudaría a "cambiar la vida de mucha gente". Por aquel entonces, la Formación Profesional Dual ya existía desde 2012, y de hecho había crecido bastante desde 2017. La ley entró en vigor en marzo de 2022, pero un año después y cuando ya han pasado 11 desde su creación como modalidad en España, la Formación Profesional Dual está lejos de ser mayoritaria: supone solo un 4,4% del total, seis cursos después de su implantación, según las cifras del propio ministerio. Y eso que las estadísticas apuntan su mayor inserción laboral. La media europea es casi diez veces mayor, del 38%, y en Alemania, país referente de este tipo de formación, es del 80%, veinte veces más que en España. 

¿En qué consiste, exactamente, la Formación Profesional Dual? Es un modelo formativo en que, en vez de formación teórica en un centro y prácticas en una empresa, se reparte la formación entre la escuela y la empresa, con prácticas a jornada completa (y salario) en el segundo curso y un tutor que valida la formación en la empresa. Las empresas deben coordinarse con los centros y es ahí donde está fallando, apuntan algunos expertos, porque "es difícil encontrar, convencer y gestionar acuerdos con empresas para que ofrezcan puestos de aprendices y además cumplan todos los requisitos", apunta Juan María Menéndez Valdés, asesor, consultor y autor de un estudio reciente sobre la Formación Profesional en España. "Las grandes empresas lo tienen más fácil, pero en España la gran mayoría de empresas son pymes y muchas veces tienen problemas para contar con un tutor o coordinarse con los centros formativos y cumplir los requisitos". En los centros de formación, por la otra parte, "hay problemas de adecuación a las necesidades concretas de las empresas", apunta Menéndez Valdés. 

Fuentes del Ministerio de Educación y Formación Profesional discrepan de este diagnóstico y aseguran a ON ECONOMIA que se están cumpliendo "en tiempo y forma" los tempos para la implementación de la ley, que "requiere un tiempo para el despliegue". Es más, aseguran que se trata de una medida "histórica", y que el Real Decreto de ordenación de esta ley, que será aprobado "en las próximas semanas" en Consejo de Ministros, ayudará a desplegar de manera más eficaz esta ley y a dar orden y estructura a la nueva formación profesional dual a partir del mes de septiembre. "Lo que se intenta es adaptar modelos de otros países, concretamente del sistema alemán, al sistema español. Pero cada país tiene su realidad y ningún modelo es del todo extrapolable", aclaran estas mismas fuentes. 

Las cifras muestran que, de los 984.353 alumnos de Formación Profesional que hay en España, tan solo 36.265 cursan la modalidad dual. En el grado superior es donde mayor es la implantación. También es donde más estudiantes hay: del total de 507.335, 22.303 son estudiantes de FP Dual, un 4,4%. En el grado medio, la formación dual supone un 3,3%, con 13.120 estudiantes en dual del total de 387.946, mientras que en la FP básica tan solo cuenta con 842 de sus 75.110 estudiantes en modalidad dual. Los datos son algo más esperanzadores si miramos el porcentaje de centros que aplican la FP Dual. Son 1.164 los centros que aplican la FP Dual, por los 3.921 centros de Formación Profesional que hay en toda España, casi un 29%. Catalunya, con 284 centros de formación dual entre los 463 de centros en total (un 61%) es la mejor posicionada en este sentido. En cuanto a alumnos que estudian FP Dual, sin embargo, Catalunya no destaca tanto sobre el resto: tiene 9.073 de los 179.693 estudiantes de Formación Profesional, un 5%, cursando la modalidad Dual. 

Para Oriol Homs, sociólogo y experto en Formación Profesional con su foco en el ámbito catalán, "existe una combinación entre la falta de iniciativa de las empresas de crear un departamento de formación y de los centros de formación de adaptar sus cursos a la necesidad de las empresas". Es una mentalidad, defiende, que "está cambiando", ya que "cada vez hay más empresas interesadas en implicarse en la formación ante la falta de talento", y una "mayor receptividad de los centros". "En muchas ocasiones, las empresas ven que tienen que formar de nuevo a los trabajadores adaptándolos a sus particularidades, pero el futuro es un aprendizaje a la carta, adaptado a lo que busca cada empresa", reflexiona. "El sector público tiene que poder adaptarse y entender que el cliente no es solo el alumno, sino también la empresa, que es un colaborador con ellos y con el alumnado", completa.

La inserción laboral de la Formación Profesional Dual parece justificar la apuesta: la tasa de afiliación a la Seguridad Social de los recién titulados en formación dual es entre 6 y 15 puntos superior que en la formación no dual, en función del nivel de estudios. A mayor nivel formativo, mayor diferencia. Con cifras de 2019-2020 de Caixabank Dualiza, la inserción laboral de recién formados en grado superior era de un 56,8% con formación dual y de un 41,8% en la no dual, mientras que en el grado medio la diferencia era del 35% frente al 30,4% y en la FP básica del 17% en la dual frente al 10,7% en la no dual. Estas cifras son muy inferiores a las de inserción laboral de años anteriores, seguramente debido al efecto de la pandemia, pero sirven para hacerse una idea de la eficacia de la modalidad dual a la hora de encontrar trabajo.  

Desde el Ministerio explican que la apuesta por la FP Dual se basa en dos ejes. El primero, "un plan de modernización" que arrancó en 2018 y que cuenta con un presupuesto de 2.200 millones de euros implementado desde el año 2020 que contempla "el redimensionamiento de las plazas, las aulas de innovación dentro de los centros y las aulas de emprendimiento". Y el segundo, la ley de FP previamente mencionada, que "crea una rede de corresponsabilidad que se materializa en 2021" con la colaboración de 300 empresas, de los 3,3 millones que hay en España. 

Los analistas críticos y las cifras de aplicación de la formación dual, en cambio, insisten en un avance lento de un modelo que podría ser una de las piezas que resolviese el puzle mal completado entre alto nivel de paro, falta de talento según las empresas y abandono escolar prematuro. "Estamos formando a pocos parados", apunta Homs, que también se muestra crítico con el hecho de que "muchas plazas ofertadas se queden sin cubrir por la rigidez administrativa o de temario de algunas disciplinas". Menéndez Bueno, por su parte, apunta también a un alto nivel de inejecución de presupuestos de una parte de los impuestos destinados a la formación.

Con una tasa de paro del 13% y 2,7 millones de parados y un 28% de los jóvenes españoles, según la OCDE, que no estudian nada después de la secundaria, el margen de crecimiento de la Formación Profesional y más concretamente de la Dual (que además permite acceder más rápido a salarios y, por tanto, puede ser más factible para familias de rentas bajas) es aún inmenso. La Formación Profesional, en general, ha crecido a un ritmo mayor que la apuesta dual en los últimos años: según datos del ministerio de Educación, en cinco años y hasta el curso 2020-2021 (últimas cifras disponibles), creció un 28% hasta llegar a los 984.353 estudiantes. La Formación de Grado superior es la que más creció en ese mismo período, un 43,3% hasta alcanzar los 507.335 estudiantes. Teniendo en cuenta que en España ese mismo curso había 1,3 millones de estudiantes universitarios, los 36.625 que cursan la dual difícilmente se puedan interpretar como un éxito de la apuesta, tal y como defiende el Ministerio.