743 millones de personas en el mundo sufren acoso laboral. Según un sondeo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más de la quinta parte de los trabajadores en el planeta dice haber sufrido mobbing. De las tres formas de acoso en el trabajo (psicológico, físico o sexual) la primera es la más habitual, con un 18% de afectados. Mientras los hombres son las principales víctimas en el acoso físico (que afecta al 8,5% de todos los empleados encuestados, el equivalente a 277 millones de trabajadores), las mujeres sufren más el acoso sexual (un total de 205 millones de trabajadoras, el 6,3% del total). "El estudio nos muestra la enorme tarea que queda por delante a la hora de acabar con la violencia y el acoso en el marco laboral, y esperamos que acelere las acciones sobre el terreno", destaca Manuela Tomei, directora general de la OIT para Gobernanza y Derechos.

Entre los encuestados que dijeron haber sido víctimas de acoso, casi un tercio aseguró haber sido víctima en más de una de las tres modalidades (físico, psicológico y/o sexual), y un 6,3% alegó haber padecido todas ellas. Además, tres de cada cinco acosados denunciaron haber sufrido estas formas de violencia en más de una ocasión. El sondeo indica, por otro lado, que las mujeres jóvenes tienen el doble de probabilidades de sufrir acoso sexual en comparación con sus colegas de trabajo de la misma edad, o que el peligro de sufrir este tipo de violencia se duplica entre las trabajadoras migrantes respecto a las no migrantes.

Denuncias de acoso laboral

El estudio muestra además la dificultad en conocer el verdadero impacto de este acoso laboral, ya que poco más de la mitad de los que lo sufren dicen haber compartido esta mala experiencia con alguien, e incluso en estos casos, suele ser únicamente cuando se ha sufrido de forma repetida. Tomei explica que las principales razones que los acosados adujeron para no denunciar esta violencia fueron considerar que contarlo "era una pérdida de tiempo", o que incluso podría afectar a su reputación en el marco laboral. Las mujeres se mostraron más abiertas a denunciar estas formas de acoso (un 60,7% lo hicieron) en comparación con los hombres (50,1%).

Por regiones, la encuesta arrojó cifras especialmente altas en América, donde más de un tercio de los trabajadores (34,3%) dice haber sufrido algún tipo de acoso laboral, un porcentaje que en el caso de las mujeres sube al 39%. La segunda región con cifras más altas es África, donde el porcentaje de empleados que sufrieron acoso fue del 25,7% (en este caso es mayor entre hombres, un 26,5%), mientras que en Europa y Asia Central la tasa de empleados que han sufrido está violencia es del 25,5% (entre las mujeres sube al 30%). Las tasas bajan al 19,2% en Asia-Pacífico y al 13,6% en los países árabes, siempre según las cifras de la OIT.

La encuesta es la primera que la OIT lleva a cabo para medir el impacto del acoso y la violencia en el trabajo, fue elaborada junto a la Fundación Lloyd's Register y la firma de análisis y asesoría Gallup, basando sus resultados en respuestas de 75.000 empleados en 121 países. La Comisión Europea adoptó el 14 de mayo de 2001 un concepto de acoso laboral, como comportamiento negativo entre compañeros o entre superiores e inferiores, a causa del cual la víctima es objeto de ataques sistemáticos durante largo tiempo por parte de una o más personas, con la finalidad de obtener su extrañamiento. 

Impacto del 'mobbing' y la violencia en el trabajo

La Comisión Europea adoptó en mayo de 2001 un concepto de acoso laboral como "comportamiento negativo entre compañeros o entre superiores e inferiores, a causa del cual la víctima es objeto de ataques sistemáticos durante largo tiempo por parte de una o más personas, con la finalidad de obtener su extrañamiento". Para ilustrar este apartado, se puede recurrir al esclarecimiento establecido por la STSJ de Galicia de 17 de diciembre de 2010, resolución que, entre otros aspectos, manifiesta que en los ámbitos especializados (médico y jurídico), el acoso laboral se define como una conducta abusiva o agresión psicológica a la que sistemáticamente se somete a una persona y que se manifiesta mediante reiteradas conductas, palabras o actitudes que laceran la dignidad e integridad psíquica del trabajador poniendo en peligro o degradando sus condiciones laborales. 

No siempre el acoso tiende a la eliminación del compañero o subordinado incómodo. Frecuentemente, lo que pretende quien acosa es mostrar a la víctima o a los demás su poder, y hacerlo mediante la destrucción de aquel al que va a victimizar. Incluso marcar o mostrar un ejemplo de lo que puede ocurrirle a alguien. El desenlace habitual de la situación de acoso laboral suele significar la salida de la víctima de la organización de manera voluntaria o forzosa. Otras consecuencias pueden ser el traslado, o incluso el pase a situación de incapacidad permanente. La recuperación definitiva de la víctima suele durar años y, en casos extremos, no se recupera nunca la capacidad de trabajo.