El sindicato Comisiones Obreras de Catalunya presentará una queja formal delante del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) contra la sentencia de la justicia favorable a Glovo y contraria a Justo Eat Spain, que denunció la primera por competencia desleal al tener como autónomos a los repartidores. Comisiones asegura que el juez tiene un "sesgo ideológico, antisindical y misógino" en su sentencia, que concluye que Glovo cumplía la ley porque ofrecía flexibilidad a los autónomos. El sindicato pide que la Generalitat siga sus pasos y presente también una queja formal delante del CGPJ.

En la misma línea, el ministerio de Trabajo ha asegurado que las palabras del juez son "totalmente improcedentes" y un "desprecio" a la Inspección de Trabajo. Y también han elevado la queja al CGPJ.

CCOO acusa en un escrito al juez de proferir "ataques personales", "descalificaciones injustificadas" y "trato discriminatorio" contra las inspectoras de trabajo que declararon al juicio señalando que Glovo tenía contratados falsos autónomos. "Sus testigos tienen que relativizarse porque sufren un indiscutible sesgo de grupo (...) la intervención de las inspectoras de trabajo ha sido un ejemplo paradigmático, (...) Los procesos de toma de decisiones están inevitablemente contaminados por tendencias psicológicas que tienen profundos anclajes biológicos (…)", es el fragmento señalado por CCOO.

Con respecto al sesgo antisindical, CCOO hace alusión a la extraña reflexión del juez Álvaro Lobato, cuando dice sobre las declaraciones de las inspectoras de trabajo que en todas ellas "parecía resonar, con atronadora unanimidad, el eco nostálgico de la España sindicalizada, el mundo de ayer administrado y burocrático."

El sindicato acusa al juez de omitir "el valor probatorio que la ley otorga a las actas de la Inspección de Trabajo" al deslegitimar sus informes y asegura que el juez critica el modelo de laboralitat sin tener en cuenta "el mandato constitucional de protección de los trabajadores y la finalidad social del derecho laboral".

"La sentencia se basa de forma excesiva en la formalidad contractual y en la supuesta autonomía de los repartidores, no analiza a fondo las condiciones materiales de dependencia y alienidad que caracterizan la relación laboral en la plataforma", dice Comisiones Obreras.

Justo Eat demandó Glovo por competencia desleal porque tenía a sus repartidores como autónomos, hecho que les daba una ventaja competitiva e incumplía la ley Rider. Y les pedía una compensación de casi 300 millones de euros. Pero el juez de Barcelona ha desestimado la demanda porque considera que se cumplía la Ley Rider, porque se daba flexibilidad a los repartidores, y además considera que los modelos de negocio de Just Eat y Glovo son lo bastante diferentes como para no considerar esta ventaja competitiva que denunciaba la compañía.