En un contexto geopolítico y económico de alta complejidad, el presidente de Telefónica, Marc Murtra, ha mantenido una reunión de trabajo con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, con el objetivo de reiterar y fortalecer el compromiso estratégico de la multinacional española con el país. El encuentro, que tuvo lugar durante la jornada del martes en el Palacio del Planalto, transcurrió en un marco de "máxima cordialidad y con una visión compartida sobre el papel transformador de la tecnología", según destacó la compañía en un comunicado.

Murtra trasladó al líder brasileño que Brasil no es solo un mercado más, sino uno de los cuatro ejes estratégicos globales de Telefónica, junto con España, Alemania y el Reino Unido. Esta declaración toma una dimensión especial si se tiene en cuenta que la filial brasileña, que opera bajo la marca Vivo, contribuye con un 28% de los ingresos totales del grupo, situándose como la segunda subsidiaria más importante, solo por detrás de la operación en la matriz española. La conversación fue más allá de la mera relación comercial para subrayar el papel de Telefónica como actor estructurador de la economía brasileña.

La compañía recordó su condición de mayor inversor europeo en el país, con una cifra acumulada desde su llegada en 1998 que supera los 91.000 millones de euros (equivalente a 560.000 millones de reales). Esta descomunal inversión no solo ha servido para desplegar redes, sino que ha tejido una red humana e industrial de primera magnitud: Vivo genera más de 33.000 puestos de trabajo directos y cerca de 100.000 indirectos, consolidándose como uno de los grandes generadores de empleo cualificado del país.

El encuentro también sirvió para contextualizar este compromiso dentro del marco de la próxima Cumbre del Clima COP30, que se acogerá en 2025 en Belém, en el corazón del Amazonas brasileño. Murtra aprovechó la ocasión para destacar la "sólida estrategia ESG" (Medioambiental, Social y de Gobernanza) del grupo, que convierte a Vivo en un "referente en las mejores prácticas del sector". Este posicionamiento no es casual; en un momento en que Brasil busca un modelo de crecimiento sostenible que equilibre la explotación de sus inmensos recursos naturales con su preservación, la tecnología se presenta como una herramienta indispensable, y Telefónica quiere liderar esta transición.

Los datos operativos de Vivo ilustran su posición casi de infraestructura crítica para Brasil. Con más de 116 millones de clientes, su red cubre el 98% de la población brasileña, actuando como conector esencial para millones de personas y negocios en un territorio de dimensiones continentales. No obstante, donde la compañía está librando una de las batallas más decisivas es en el terreno de la fibra óptica.

En un mercado hipercompetitivo, Vivo se mantiene como líder indiscutible del segmento, con más de 30 millones de hogares con cobertura y 7,4 millones de clientes residenciales ya conectados con esta tecnología de última generación. Este liderazgo en la fibra no solo garantiza la experiencia de los usuarios particulares, sino que constituye la base sobre la que se construye la transformación digital de las industrias, los servicios públicos y la administración brasileña.

La reunión Murtra-Lula simboliza, en definitiva, la madurez de una relación que va más allá de la inversión extranjera. Se trata de una alianza estratégica en la que Telefónica encuentra en Brasil uno de sus principales motores de crecimiento y, a su vez, Brasil encuentra en Telefónica un socio tecnológico de primer nivel para afrontar sus retos nacionales: desde la reducción de las brechas digitales en zonas remotas hasta la implementación de soluciones inteligentes para la gestión de sus ciudades y recursos naturales. En un momento de reconfiguración de los bloques económicos globales, este encuentro envía un mensaje de estabilidad y confianza mutua, asegurando que la conexión entre España y Brasil seguirá estando más viva que nunca.