Hace un lustro que la multinacional alemana BEG aterrizó en España para proporcionar soluciones de control de iluminación en espacios de trabajo y centros industriales que, en la actualidad, responden a los requerimientos de los edificios inteligentes -smart buildings- ante la crisis climática y la necesidad de extremar el ahorro energético. La compañía ha realizado centenares de proyectos de control de iluminación en empresas de referencia del sector industrial, residencial y terciario. Buenos ejemplos de ello son la sede del IE University en Torre Caleido, Netflix, Amazon o el estadio Wanda Metropolitano (Madrid), las oficinas centrales de Vueling o de Wallbox (Barcelona), y las oficinas centrales del Grupo Avanza (Jaén), entre otros. Como resultado, BEG ha ganado cuota de mercado en España, sobre el 25% dentro del sector, y la cifra de negocio ha ido escalando posiciones en el grupo hasta situarse en cuarta posición sólo por detrás de Francia, Alemania y Bélgica. Reacios a dar cifras, la compañía alemana, de capital familiar, confirma que la filial española ha cuadruplicado su facturación en los últimos 10 años, incluso a pesar de la irrupción de la pandemia. El grupo en su conjunto cerró 2022 en el umbral de los 100 millones de euros.
El consejero delegado y fundador de la compañía, Frïedrich Brück, destaca el importante papel de la firma en España como partner tecnológico, fiable y de probada experiencia para todos los actores de la cadena de valor (ingenierías, arquitecturas, constructoras, instaladoras y distribuidores) y como agentes de las smart cities, como Barcelona. Aunque BEG Hispania es principalmente una filial comercial -con sede en Esplugues de Llobregat (Barcelona)- integra también un equipo de ingenieros I+D que desarrolla activamente nuevos productos dando apoyo al departamento de desarrollo central ubicado en Alemania, al que la marca destina unos 3 millones de euros anuales para nuevos desarrollos.
En 2023, la multinacional alemana pretende centrar su estrategia en tres ejes principales: eficiencia energética, Smart City e innovación, a través de la marca Luxomat. Además, entre los planes de BEG se encuentra el desarrollo de nuevos sistemas de control y automatización, para seguir avanzando en la eficiencia, aportando soluciones tecnológicas de última generación. El máximo responsable de la firma, Luis Claver manifiesta que las ciudades sostenibles (smart cities), conectadas y gestionadas con tecnologías modernas, constituyen un fenómeno global imparable. “La gestión lumínica y climática de los edificios es la última revolución en este campo”, señala. La automatización y control de edificios es, junto a las tecnologías de la información, la movilidad urbana y el transporte público, uno de los cuatro pilares de las smart cities. “Así lo han asumido grandes urbes de todo el mundo, como Shanghai, Seúl, Nueva York, Pekín y Barcelona, las cinco smart cities más eficientes, en estos momentos”, defiende Claver y cita que Barcelona es considerada la smart city más sostenible de Europa, según el Smart City Index 2022 de Juniper Research e Intel.
Además, remarca que los edificios, según cifras de la UE, absorben hasta un 40% de la demanda de energía primaria, con el consiguiente porcentaje de emisiones de CO2 a la atmosfera, circunstancia por la cual debe actuarse en el ámbito de la construcción y la rehabilitación de edificios. “Esperemos que nuevas normativas cómo UNE-EN ISO 52120-1:2022 nos ayuden a alcanzar los retos que nos impone la Unión Europea”, señala en este sentido.
La tecnología en iluminación pasa por sistemas cada vez más automatizados e inteligentes, basados en sensores, conectividad y en seguridad avanzada, así como en fomentar el ahorro en el gasto energético y en recursos naturales cada vez más escasos. Por ello, los desarrollos de la marca BEG, “enfocados al bienestar de las personas”, tienen ahora el foco puesto en “la automatización de edificios -building automation-“. A modo de ejemplo, Luis Claver menciona la innovadora gama de sensores que han diseñado y comercializado y que, “con un tamaño muy pequeño cubren 10 metros a la redonda desde el punto de establecimiento e incorporan un protocolo denominado Casambi, para detectar la luz ambiental y la presencia de personas”.