Sorli conmemora su centenario este 28 de septiembre con un acto en la Llotja de Mar de Barcelona. Un siglo después de que Francesc Sorli y Teresa Arall abrieran una tienda de comestibles en el barrio del Poblenou, su nieta Anna Sorli Gorriz está al frente de un grupo de distribución con más de un centenar de supermercados, además de centros deportivos y gasolineras, que sigue siendo de capital 100% familiar. Y están en expansión.

Sorli facturó el año pasado 261,5 millones de euros, un 2,5% más que en el ejercicio anterior. En estos momentos, cuenta con 107 supermercados, 14 cafeterías, 6 Solinaym (cafeterías con tienda de productos alimenticios de conveniencia), 3 gasolineras Sorligo, 2 restaurantes, 3 centros deportivos Sorlisport y un centro comercial que incluye un hotel de cuatro estrellas. Ocupa a más de 1.900 personas, de las que el 63,13% son mujeres.

El marzo pasado iniciaron la construcción de un nuevo centro logístico en Granollers –el cuarto del grupo– en el que invertirán 18 millones de euros. También planean poner en marcha dos nuevos centros deportivos, que se sumarán a los de Vilassar de Dalt, Sant Vicenç de Montalt y Sitges, todos situados en centros comerciales que albergan supermercados y cafeterías del mismo grupo. Precisamente, una de las patas de la expansión pasa por los gimnasios.

Tos sus establecimientos se encuentran en Catalunya. Las comarcas donde cuentan con más presencia son el Vallès, Maresme y Barcelonès. Cada vez que se les pregunta, Anna Sorli y Josep Figueras, director general, aseguran que no se han planteado implantarse en otras comunidades. Describen su estrategia de crecimiento como una "mancha de aceite" que se expande lentamente pero de manera segura. En los últimos seis años han invertido 70 millones de euros en la modernización de las instalaciones comerciales.

Libro sobre la historia familiar

La familia Sorli está inmersa en la preparación del acto del centenario de este jueves. Su equipo de prensa apunta que presentarán un libro sobre la historia de la familia y de la compañía, que todavía está en imprenta. Esta historia empieza en 1923 cuando el matrimonio Francesc Sorli y Teresa Arall abrieron una tienda de ultramarinos en la calle Pere IV, en el Poblenou. Pero fue el pequeño de sus hijos, Jordi Sorli Arall (Barcelona, 1934), quien revolucionó el negocio cuando, en 1970, abrió el primer supermercado en la calle Bunaventura Muñoz. En aquel tiempo, este establecimiento fue una novedad porque los clientes todavía no estaban acostumbrados al autoservicio. La empresa fue creciendo hasta que, en 2002, dio un salto cuando entró en funcionamiento la plataforma logística de Granollers-Montmeló, que precisamente ahora estando ampliando.

Anna Sorli Jordi Figueras
Anna Sorli y Josep Figueras, director general, en un supermercado del grupo / Sorli / Europa Press

Jordi Sorli Arall tuvo tres hijos: Jordi, Anna y Cristina Sorli Gorriz, pero el primero, que estaba destinado a liderar la empresa, murió en un accidente de tráfico en 1996. Finalmente, ha sido Anna quien se ha situado al frente y quien ha dado a Sorli un carácter diferenciado. En 2015, Anna dejó la dirección de marketing y se convirtió en "administradora" del grupo. Nunca ha querido aparecer en la prensa como "presidenta" con el argumento de que no lo es. Aunque cedió la dirección del negocio comercial en manos de Josep Figueras, Anna ha dejado huella en estos ocho años: se le atribuye el cambio de nombre de la marca –de Sorli Discount en el simple Sorli- y la apuesta por el concepto de "nutrición y salud" al juntar supermercados con instalaciones deportivas.

Lucha contra la violencia machista

También preside la Fundación Sorli, creada en 2019 para luchar contra la violencia machista y fomentar la igualdad de género. Estos criterios los aplica a su empresa. Se han establecido protocolos para evitar el acoso sexual y la formación a los empleados incluye programas de igualdad.

Al margen de la empresa familiar, Anna Sorli ha puesto en marcha una firma de moda femenina con la marca Somia (Sueña, en castellano). Comercializa ropa que define como "ética", "sostenible", "ecológica", "de precio justo" que se confecciona en talleres de proximidad. Encarga la producción de las prendas de ropa a la Fundación Ared, dedicada a la inserción laboral, y los bolsos y complementos a la Fundación Nou Xamfrà, de inserción de personas con discapacidad intelectual, y a dos pequeños talleres de Igualada y Mataró. Lleva a cabo esta actividad a través de la empresa Somiadores SL, de la cual es administradora y socia única. Se formó en diseño de moda antes de trabajar para el grupo familiar. A finales del año pasado, abrió una tienda Somia en la calle Rosselló, entre la Rambla Catalunya y el paseo de Gracia, que es la tercera después de las de Sant Cugat y Vilassar de Dalt.

Las dos hermanas Anna y Cristina Sorli Gorriz están en el patronato de la fundación y en el consejo de la sociedad matriz del grupo en calidad de consejeras delegadas. Anna tiene dos hijos y Cristina, tres. Los mayores de la cuarta generación empezaron a trabajar para las empresas del grupo desde abajo.