Shein, en pie de guerra con la guerra comercial. El gigante de la moda ultrarrápida ha empezado la construcción de un centro logístico de gran escala cerca de Ho Chi Minh, en el Vietnam, para esquivar los aranceles impuestos por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en China. Para evitarlo, Shein está construyendo una planta de prácticamente quince hectáreas con la cual busca canalizar productos de proveedores antes de exportarlos, sobre todo a países como Estados Unidos.
La medida responde a la necesidad de mitigar el impacto de los nuevos aranceles estadounidenses y diversificar la cadena de suministro. Además, el gigante de la moda low cost apuesta por reducir su dependencia operativa de la China, explorando alternativas logísticas y productivas en otros países y regiones.
Más allá de Vietnam, Shein está estudiando la posibilidad de crecer en otros países como el Brasil o Turquía. Sin embargo, su presencia en el gigante asiático también se mantiene. En China mantiene inversiones relevantes, incluida una planta en Guangzhou valorada en 1.237 millones de euros. Este movimiento se produce en medio de las tensiones comerciales entre los Estados Unidos y China, que han forzado a múltiples plataformas a reconfigurar sus modelos de distribución y exportación.
Acuerdo comercial entre los EE.UU. y China
Sin embargo, y en el marco de las negociaciones en el ámbito mundial, la semana pasada ambos países anunciaron una serie de medidas concretas para rebajar estas tensiones. Así, Estados Unidos y China acordaron la suspensión parcial de los aranceles recíprocos más recientes. Según un comunicado conjunto publicado al cierre de una nueva ronda de conversaciones celebradas en Ginebra el lunes pasado, Pekín reducirá los aranceles sobre los productos norteamericanos del 125% hasta el 10% durante los próximos 90 días, mientras que Washington recortará sus gravámenes a los bienes chinos desde el 145% hasta el 30% durante el mismo periodo. La medida empezó el 14 de mayo y estará en vigor durante tres meses, periodo en el cual ambas partes seguirán negociando sus relaciones comerciales.
Las dos potencias también acordaron establecer un mecanismo permanente de consulta, lo cual representa el gesto más tangible de distensión desde el inicio de la actual escalada arancelaria. Asimismo, Washington y Pekín establecerán un mecanismo para continuar las conversaciones sobre las relaciones económicas y comerciales.
"Este acuerdo trata realmente sobre el arancel recíproco impuesto por los Estados Unidos el 2 de abril y las medidas de escalada que la siguieron", explicó después del acuerdo el Representante Comercial de los EE.UU., Jamieson Greer, uno de los funcionarios que intervinieron en las negociaciones. "Lo que importa para el acuerdo es que cada uno de nosotros hemos acordado reducir el arancel recíproco y las represalias relacionadas con el 10%. Es decir, la reducción del 115% al 10%", subrayó Greer.