La falta de semiconductores para fabricar microchips parece tocar a su fin y, con él, llega también el fin del ERTE en Seat. Se esperaba para junio, pero la recuperación de la cadena de suministro ha permitido avanzarlo al 14 de abril, tal y como se ha dado a conocer a los trabajadores este jueves, según ha podido saber ON ECONOMIA. El lunes 17 de abril, primero después de Semana Santa, la empresa retomará totalmente su actividad, mermada por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que afectaba a los 10.000 trabajadores de la plantilla dedicados a la producción de vehículos, tanto en Martorell como en Barcelona, con descansos rotativos de hasta 850 personas y suspensión del turno de noche. 

Junto a la recuperación de la normalidad en la producción, la empresa ha acordado el corredor de vacaciones, como se conoce a los ajustes necesarios para que la planta no reduzca su productividad durante el verano, que permitirá ampliar la plantilla con hasta 1.000 puestos temporales de ETTs subcontratadas, 300 de ellos para subsanar el alto absentismo que hay en la empresa. 

De la pandemia a las pérdidas

Si desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, SEAT ya tuvo que aplicar un ERTE porque no le llegaban las piezas debido al confinamiento, la crisis de microchips se alargó aun más y le obligó poco después a encadenar ERTEs. Los semiconductores son un material indispensable tanto para la producción de coches eléctricos como para las piezas eléctricas de los automóviles. Originarios en gran parte de China, que ha reabierto recientemente sus fronteras, su distribución se está normalizando paulatinamente y permite a Seat recuperar al fin, y por el momento, la normalidad.

Durante el año 2021, la escasez de semiconductores llevó a Seat a dejar de fabricar 125.000 vehículos menos, un 25% por debajo de sus expectativas iniciales para el año, y cerró el año con 256 millones de euros de pérdidas. La apuesta decidida por la renovada y reforzada gama alta Cupra permitió que hace unos días presentara unos resultados ya gananciosos, disipando las sombras de la pandemia y con beneficios de 68 millones y una facturación de 10.513 millones, la segunda mayor de la historia, solo por detrás de los resultados de 2019. Cupra representó el 42% de las ventas totales el año pasado y la empresa espera que alcance el 50% en 2023, en medio de un proceso de electrificación obligado por los mandatos europeos.