Repsol ha reivindicado este viernes su papel, y el del sector del refino y los combustibles alternativos, en el camino hacia la descarbonización. La compañía ha celebrado su junta de accionistas, que ha aprobado las cuentas anuales y las remuneraciones tanto del consejo como de los accionistas, pero ha aprovechado para hacer un llamamiento a contar con empresas como Repsol en la transición energética, con "menos ideología y más tecnología", y ha ensalzado el proyecto de ecoplanta de Tarragona.
Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, ha hablado de la ecoplanta catalana como uno de los principales proyectos de la compañía de cara a los próximos años, en la cual invertirá 800 millones de euros para convertir residuos urbanos en biocombustibles y productos químicos y materiales circulares. “Va a ser la primera planta de Europa que fabrica metanol a partir de residuos”, ha añadido.
“Siempre hemos apostado por la industria y por el empleo industrial como apuesta por la competitividad, y la ecoplanta de Tarragona es el mejor ejemplo de eso”, ha añadido Imaz, que ha explicado que no solo es una apuesta por la sostenibilidad y por aprovechar los residuos urbanos que se desechan, sino también “una gran oportunidad de negocio”.
El consejero delegado de Repsol ha explicado los hitos de 2024 de la compañía, empezando por la retribución al accionista, que elevó un 30% respecto a 2023, hasta los 0,90 euros en efectivo. El objetivo es que se sitúe cada año entre el 25% y el 35% de la caja operativa y que crezca cada año un 3%, hasta los 1,10 euros por acción en 2027.
Otro hito es el “crecimiento rentable” de los resultados; la transformación de activos hacia complejos industriales “multienergéticos” y con más generación renovable, y ser un proveedor también multienergético de energía a sus clientes. “Tenemos 1.100 estaciones de servicio con combustibles renovables, y vamos a terminar el año con 1.500 en España y Portugal”, ha dicho al respecto. Imaz también ha destacado una aportación fiscal de 8.427 millones de euros a las arcas españolas, “sin el impuestazo”.
El refino como vía para salvar el automóvil
El presidente de Repsol, Antoni Brufau, ha hecho una decidida defensa del refino en el camino hacia la descarbonización. Después de repasar los retos para Europa del Informe Draghi, especialmente en lo que respecta a recuperar la competitividad industrial y económica, ha reclamado que se conjugue dicha recuperación con la transición ecológica: “Hay que unir las políticas de descarbonización con las consecuencias de estas políticas en la competitividad. No ha sido así hasta ahora y espero que tengamos tiempo de corregirlo”.
Como complemento a la electrificación de la economía, la apuesta de Repsol es el refino, hacia combustibles renovables. “El refino es capaz de crear biocombustibles”, el problema es que las autoridades no apuestan por ello. “El 95% del transporte que se produce en Europa se hace con materiales producto del refino. El 50% de las materias primas para la química salen del refino. Sin refino, no habría química”, ha añadido.
“Si continuamos de espaldas al sector del refino, nos veremos abocados a tener que invertir productos para el transporte y para la química”, como les pasa ya a varios países europeos. Por ello, ha pedido “menos ideología en temas energéticos, y más tecnología”, para ir hacia una “transición energética como un camino a largo plazo, seguro, estable” para avanzar hacia una sociedad descarbonizada. “Es necesario recuperar realismo energético”.

Brufau ha dado datos: el petróleo fue la fuente de energía más utilizada en el mundo en 2024, con una cuota del 30%, y si se suma el gas y el carbón, supusieron el 80% del total. Además, está creciendo, ya que en 2024 se consumieron 104.000 millones de barriles de petróleo al día, un 4% más que en 2019. Por ello, ha instado en usar la capacidad de refino para la transición energética.
Los biocombustibles renovables tienen, según ha explicado el presidente de Repsol, una ventaja, que es que se puede usar en coches de combustión, “lo que protege la industria del automóvil” y, además, “permitiría que una parte importante de la movilidad funcionase con combustibles líquidos neutros en carbono en su cadena de valor”. “Estamos cerca de tomar decisiones, no hay que cambiar mucho para que Europa entienda que los biocombustibles son tan válidos como la generación eléctrica”, ha insistido.
El directivo catalán ha querido también tumbar algunos mitos respecto a la reducción de emisiones. Uno sobre el coche eléctrico, no como tecnología, pero sí que ha cuestionado que un vehículo enchufable en China, que se ha especializado en su producción, sea sostenible si se carga con electricidad producida con carbón.
Otro es sobre la reducción de emisiones en Europa, que ha hecho “a costa de externalizar industria” a países como China, “lo que es negativo para el planeta, porque la industria es más respetuosa con el medio ambiente en Europa que en China, y más si luego ese producto tiene que transportarse otra vez a Europa”.