La empresa leridana Ponentia promueve una plataforma logística intermodal en Tamarit de Llitera, en la provincia de Huesca, pero a solo tres kilómetros del límite con la de Lleida, en la que planea invertir 70 millones de euros y crear cerca de 2.000 puestos de trabajo.

Rafael Peris, consejero delegado de Ponentia Logistics SA, indica que prevén iniciar las obras en enero del próximo año con un plazo de ejecución de 20 meses. Si cumplen las previsiones, la nueva plataforma entrará en funcionamiento en el tercer trimestre de 2025. El proyecto ha sufrido retrasos sobre los planes iniciales sin que, a preguntas de este medio, los promotores precisaran los motivos.

Esta plataforma, con conexiones férreas y por carretera, ocupará una franja de terreno de cerca de cuatro kilómetros de largo por 375 metros de ancho, o sea, unas 140 hectáreas. Sus promotores la denominan La Melusa. Dispondrá de cinco vías de recepción y expedición de mercancías, así como almacenes refrigerados, zona aduanera, parking vigilado para camiones, instalaciones hoteleras, restaurantes, talleres mecánicos, supermercado o zonas deportivas.

Estará enfocada a dar salida a la producción agroalimentaria. Su área de influencia comprende buena parte de las provincias de Lleida y Huesca. Será la principal plataforma logística de este territorio.

Tres líneas de negocio

El proyecto se basa en tres líneas de negocio: el logístico, que gestionará Ponentia, que ya obtuvo la autorización por parte de Adif para conectar con la red férrea; el inmobiliario, consistente en la comercialización de parcelas, de entre 20.000 y 200.000 metros cuadrados; y el energético, ya que albergará un parque fotovoltaico.

De la promoción se encarga Ponentia Logistics, con sede social en Lleida, y de la producción de electricidad, Ponentia Energía, domiciliada en Tamarit de Llitera. Ambas sociedades están presididas por Joan Antoni Robert Sampietro, un conocido promotor leridano de suelo residencial, comercial y, ahora, logístico. También está al frente de una empresa de ingeniería y de BioVigo Energy, planta de tratamiento de aceite de cocina de Vigo (Pontevedra) destinada a la producción de biocombustibles.

Miembro de la familia Roca (Ros Roca)

En Ponentia Energía, constituida en marzo pasado, aparecen otros empresarios del sector de las energías renovables entre los que destaca Salvador Roca Enrichmiembro de la familia que lideró Ros Roca –compañía especializada en sistemas de recogida de residuos urbanos– hasta que en 2016 vendieron la participación mayoritaria a la multinacional holandesa Terberg.

La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, visitó los terrenos donde se levantará esta plataforma en mayo pasado. Los promotores presentaron el proyecto de lo que denominan “autopista ferroviaria” con rutas hacia Francia como las de “Llitera-Calais” o “Llitera-Rungis”.

Fugas hacia Aragón

Aragón se está llevando grandes inversiones de empresas agroalimentarias y logísticas de Lleida. Uno de los motivos que esgrimen estas se llama PIGAS, siglas que corresponden a Planes y Proyectos de Interés General de Aragón, una figura legal que supuestamente acelera la tramitación administrativa, incluyendo la urbanización y las licencias de obras. Aunque no siempre resulte tan rápida, la realidad es que grandes compañías leridanas están invirtiendo en los municipios vecinos aragoneses. Allí disponen de extensos terrenos a precios asequibles, mano de obra y, también, administraciones que les acogen con los brazos abiertos.

Un ejemplo es el megaproyecto de la Corporación Alimentaria Guissona (CAG) en Épila, en la comarca zaragozana de Valdejalón. Según las previsiones anunciadas por el grupo que preside Jaume Alsina Calvet, la inversión superará los 400 millones de euros y se crearán 4.000 empleos. Constará de plantas de elaboración de alimentos, talleres y una plataforma logística, interconectadas por 3,5 kilómetros de galerías subterráneas. Precisamente, la CAG ­–más conocida por la marca Bon Àrea– ha obtenido esta semana la autorización ambiental integrada por parte del gobierno aragonés para iniciar la actividad industrial.

Veos Ibérica –joint venture nacida del grupo belga Veos y de la leridana Vall Companys– anunció en junio pasado una inversión de más de 70 millones de euros para ampliar su planta de Monzón (Huesca) que inauguraron hace tan solo dos años. Se dedica a la transformación de subproductos de mataderos, como la sangre de los sacrificios, en componentes de alimentación para animales.

Vall Companys, propiedad de los hermanos Vall Esquerda, también invertirá junto a Bioiberica más de 25 millones de euros para la producción de heparina en su planta del polígono Mercazaragoza de la capital aragonesa. La heparina es un fármaco para la prevención y el tratamiento de la trombosis obtenido de la mucosa intestinal porcina.