Los trabajadores de CaixaBank saldrán a la calle para pedir una subida salarial acorde a la inflación y lo harán el próximo viernes 3 de febrero. Ese día, el presidente del banco, José Ignacio Gorigolzarri, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, presentarán los resultados anuales de la entidad en Valencia, así que los sindicatos han aprovechado para convocar movilizaciones frente a la sede y hacerse oír. En un movimiento similar al que llevaron a cabo el pasado mes de octubre.

FINE, CCOO y UGT, los sindicatos mayoritarios del sector de las ex cajas de ahorro, que en 2020 firmaron el convenio colectivo por el que se rigen sus trabajadores, exigen a la patronal que les representa (CECA) la reapertura de dicho convenio para negociar una revisión salarial al alza “que amortigüe el impacto del IPC en los bolsillos de las personas que trabajan en el sector”, más de 59.000 personas.

Los sindicatos quieren que CECA siga los pasos de la Asociación Española de Banca (AEB) y los de las cajas rurales (UNACC) que en diciembre aprobaron una subida del 4,5% en tablas para este 2023 que empieza a aplicar desde este enero. Además, algunas entidades como BBVA, Sabadell o Bankinter incluso han hecho mejoras adicionales, mediante pagas extra o aportaciones al plan de pensiones de sus trabajadores.

Sin embargo, la patronal de las ex cajas de ahorro sigue sin darles cita para negociar, de manera que las organizaciones sindicales se han visto “abocadas” a convocar movilizaciones. Según explican, las protestas empezarán este mismo jueves frente a la sede de Unicaja en Málaga a las 12:00 y podrían repetirse el próximo día 31 cuando la entidad andaluza presente resultados, también en presencia de su presidente, Manuel Azuaga, y su consejero delegado, Manuel Menéndez.

De la misma forma, los sindicatos de Ibercaja han preparado concentraciones frente a su sede de Zaragoza coincidiendo con la presentación de resultados de la entidad y la asistencia de Víctor Manuel Iglesias, su consejero delegado. Algo que también ocurrirá en A Coruña, frente a la sede de Abanca y en presencia de Juan Carlos Ecotet, el presidente de la entidad.

En Abanca ya ha habido protestas en diciembre organizadas por CCOO. Los trabajadores se manifestaron durante tres viernes consecutivos ante la sede del banco para exigir a la empresa que compensara, “con carácter urgente”, la pérdida de poder adquisitivo que están sufriendo. E incluso pidieron el abono de una paga lineal de 1.500 euros para el ejercicio 2022. Ahora han decidido unir fuerzas todos los sindicatos y reivindicar de manera conjunta una mejora.

Una vez que acabe la temporada de resultados anuales de los cuatro grandes bancos del sector ahorro, los sindicatos no descartan incluso hacer concentraciones conjuntas de todas las entidades (también están Kutxabank o Cajasur). Desde FINE, CCOO y UGT recuerdan que llevan pidiendo desde mayo de 2022 a la patronal que tome medidas para amortiguar el impacto del IPC (que el año pasado escaló casi un 6%) en los sueldos de las personas que trabajan en estas entidades.

En la última reunión del Observatorio Sectorial, el pasado 20 de octubre, la patronal les comunicó que no estaba de acuerdo con el análisis sobre la realidad del sector que presentaron los sindicatos, así que les pidió más tiempo para despejar incertidumbres sobre la evolución de la economía y el impacto que puede tener la inflación y las subidas de tipos de interés en los resultados de estas entidades.

Pero tres meses después de esta petición, los sindicatos consideran que las plantillas “necesitan ya una respuesta contundente frente al desequilibrio que sufren entre el coste de la vida y los salarios”. Sobre todo ahora que las entidades van a presentar unos resultados “históricos” y un fuerte incremento del pago de dividendos, aseguran.  

Su lema, “Sin recuperación salarial, hay conflicto”, pretende conseguir que CECA reabra la Mesa del Convenio para revisar los salarios de las plantillas del sector de ahorro y ajustarlos a la situación que están viviendo por la subida del IPC. En este sentido, recuerdan que la situación económica ha impactado en todos los sectores, pero otras compañías ya están alcanzando acuerdos en el seno de la negociación colectiva.

Junto a la banca, los sindicatos de las aseguradoras también han pedido un ajuste salarial al alza. Unespa, su patronal, les ha dado cita el próximo 26 de enero para empezar a negociar. Entre tanto, algunas compañías ya han anunciado medidas para compensar la inflación. Por ejemplo, Mapfre, que acordó el pago de una extra en verano de 350 euros para todos sus trabajadores en España, a la que se sumó otra de 400 euros el pasado mes de noviembre. Catalana Occidente también abonó 800 euros a sus empleados en verano y Generali realizó un pago único de 300 euros.