El empresario catalán José Felipe Bertrán de Caralt (Barcelona, 1926) ha muerto este jueves en Barcelona a 98 años. Bertrán de Caralt pertenecía a una de las familias más influyentes de la burguesía industrial barcelonesa del siglo XX, no en vano era bisnieto del primer conde Güell. Su abuelo, José Bertrán Musitu, fue abogado de la Liga Regionalista, ministro de Gràcia y Justicia durante el reinado de Alfonso XIII. La saga continuó con su padre Felipe Bertrán Güell (1901-1965), un destacado industrial y mecenas. Este emporio incluía centenares de bienes inmuebles, fincas, negocios agropecuarios, acciones de grandes corporaciones financieras e industriales, entre las cuales destaca una participación mayoritaria de la cementera Asland.
A finales de los ochenta, Bertrán de Caralt promovió ACC Grupo, que perseguía la integración de Asland con Catalana de Gas y Aguas de Barcelona, compañía de la cual fue vicepresidente en los años setenta. Este proyecto de integración empresarial fracasó. La familia Bertrán de Carat vendió en 1993 las acciones de Asland a la multinacional francesa Lafarge. El principal activo era la fábrica de cemento de Montcada i Reixac.
José Felipe Bertrán de Caralt también vendió las empresas avícolas que, a principios de la década de los noventa, lideraban la producción de pollo en España. Material Agropecuario SA se extinguió en 1994 y Agrovic Alimentación SA, matriz de varias sociedades de fabricación de piensos y de mataderos de aves, se vendió a la multinacional holandesa Nutreco en 2001.
Licenciado en Leyes por la Universidad de Barcelona y con un Programa de Alta Dirección de Empresas por el Instituto de Estudios Superiores de Empresa Business School de la Universidad de Navarra (IESE), llegó a ser miembro de su ejecutiva.
José Felipe Bertrán de Caralt empezó ejerciendo la abogacía para más tarde dedicarse a los negocios y crear empresas de los sectores textil y alimentario. En su vertiente empresarial asumió la vicepresidencia de Asland, ejerció como vicepresidente de Aguas de Barcelona, y consejero de Corporación Agbar, también ostentó responsabilidades en Fergat Española, y fue presidente de multinacional italiana Pirelli en España. En el ámbito empresarial también fue uno de los impulsores y fundadores del Instituto de la Empresa Familiar.
En los años 90, fue condenado por delito fiscal, si bien el Tribunal Supremo redujo la condena a cuatro años. Así y todo, no los cumplió porque el gobierno de José María Aznar lo indultó en 1997. Siempre defendió su inocencia, finalmente decidió evitar la prisión pagando cerca de 1,2 millones de pesetas (unos 7,2 millones de euros). De hecho, fue uno de los empresarios y abogados que no ceder a las presiones de juez Lluís Pascual Estivill. Por eso, José Felipe Bertrán de Caralt fue uno de los testigos de la causa contra el juez Lluís Pascual Estevill, acusado de pedir dinero a empresarios investigados a cambio de dejarlos libres.
Apasionado por el arte, fue patrón de la Fundación Amics del Museo del Prado desde 1980 hasta 1985, donde contribuyó en la adquisición de obras para ser expuestas al museo madrileño y en la organización de exposiciones. Gracias a su iniciativa y generosidad, en 1986 la Fundación Bertrán adquirió, para ser entregada a través de la Fundación Amigos del Museo del Prado al propio Museo, la obra de Juan van der Hamen Retrato de enano. Con motivo del ingreso de dicha obra en el Museo se organizó la exposición Monstruos, enanos y bufones en la corte de los Austrias (a propósito del Retrato de enano de Juan van der Hamen), comisariada por Manuela B. Mena Marqués y financiada por la propia Fundación Amigos del Museo del Prado.