La marca de ropa infantil Boboli, una empresa familiar de Mataró, está en plena reordenación de su imagen. Está trabajando en el relanzamiento del producto, de su posicionamiento en el retail, renovando las tiendas propias y las franquicias; en definitiva, "estamos refrescando la marca", asegura Arancha Algás, segunda generación de la familia que fundó e impulsa la marca desde 1992.

La firma no dejará su ADN fundacional: una marca diferencial, con color, estampados y, sobre todo, calidad. Sin renunciar a nada, Boboli se prepara para afrontar los cambios en el segmento de la ropa textil para niños, en el cual han irrumpido "las marcas que priorizan el precio, algo que se ha convertido en el driver del consumo masivo". "Han surgido players que están destruyendo el precio en la moda infantil", concreta Arancha Algás. En el caso de Boboli, "también nos obsesiona el precio porque queremos una posición en el mercado de la moda infantil, pero no vamos a renunciar a la calidad", añade.

Con una estructura "adecuada" para seguir creciendo, Boboli tiene las oficinas, la logística, y el diseño -"muy importante", dice, ya que aseguran que los estampados sean "exclusivos"- en la sede de Llinars del Vallès (Barcelona). La fabricación se trasladó de Mataró -su ciudad de origen- hace años, primero a Marruecos, y desde hace unos cuantos ya se han instalado en Asia, con diversos proveedores. En la actualidad, analizan el segmento de las licencias, "del cual nunca hemos sido partícipes, pero no lo descartamos siempre y cuando hablemos de personajes que estén alineados con los valores de la marca Boboli". La innovación, el respeto y la exigencia son valores arraigados a la empresa desde su fundación.

La familia Algás es la fundadora y propietaria de la marca de moda infantil Boboli
La familia Algás es la fundadora y propietaria de la marca de moda infantil Boboli, ahora dirigida por la segunda generación.

Tal como fue en el origen de Star Textil que hace 40 años (1981) era el negocio principal de esta compañía catalana, enfocada en proveer prendas a otras marcas, la exportación ha sido siempre un puntal para la familia Algás. Boboli es ahora una marca internacional. El 50% de sus ingresos provienen de fuera de España, a través de las ventas en Europa -con un peso destacado de Italia, Francia, Grecia, Bélgica-, en Sudamérica -con filiales en México y Colombia para facilitar los procesos de importación-; en total, comercializan en más de 60 países.

Estas semanas están, justamente, presentando su nueva colección para primavera y verano de 2026 en las ferias de moda infantil de Sudamérica. Con una propuesta que refleja la evolución natural de la marca, sin perder su esencia: una moda infantil cómoda, duradera y repleta de color. Las previsiones de la nueva temporada para el ejercicio fiscal 2025-2026 -con cierre en septiembre- elevan a 38 millones las ventas globales. La empresa comercializa más de 4 millones de prendas al año y emplea a 250 personas. La red de tiendas se centra en España, con un total de 70 establecimientos, 12 de los cuales en régimen de franquicia, que operan con las marcas Boboli y Boboli by Me (kits de costura creativos).

La economía circular en el textil

La empresa ha sido pionera en sostenibilidad dentro del sector, con certificaciones textiles exigentes y un compromiso firme con la infancia y el medioambiente. Su último proyecto en este ámbito ha sido el reciente lanzamiento de una nueva línea de negocio con ropa usada de la misma marca. De hecho, ha dado forma y consolidación a un proceso de recogida que ya se realizaba. "Hasta ahora, recogíamos las prendas usadas y en buen estado y se donaban a entidades sociales", explica Arancha Algás.

La marca de moda infantil abre una línea de negocio con ropa de segunda mano
La marca de moda infantil abre una línea de negocio con ropa de segunda mano

A partir de ahora, se ha estructurado esta recogida. La empresa ha establecido un sistema de recogida en una veintena de tiendas propias para recuperar piezas de la marca Boboli, "pero también de otras marcas", que todavía están en buen estado para volver a venderlas y, "las restantes siguen donándose a las entidades sociales -como Roba Amiga-", aclara Algás. Para ello, una parte del equipo de profesionales que trabajan en Boboli, revisan una a una las prendas y, si es necesario, "hacen arreglos", para después lavarlas y etiquetarlas. Únicamente venden las de marca propia, las restantes van a donación "en las mejores condiciones".

De momento, la clientela puede encontrar estas piezas en algunas de las tiendas de la red, como son el outlet de Mataró, o los establecimientos propios de la calle Caspe y calle Girona, en Barcelona. La CEO y directora general de Boboli destaca que "la industria de la moda tiene entre sus retos el de transformarse hacia la economía circular y esto también puede ser una oportunidad de negocio, y de generación de empleo en el territorio".

"En el último año, hemos conseguido recuperar 1.800 prendas y hemos ofrecido más de 900 vales de descuento a los clientes que han participado en esta iniciativa", destaca Algás. El objetivo de la empresa para los próximos cinco años es revender 32.400 prendas y procesar unos 162.000 kilos de residuos textiles, porque el proyecto se irá extendiendo por toda la red de tiendas, progresivamente. En el extranjero, "será más difícil, pero a la larga se intentará", explica. Boboli calcula que esta nueva línea de negocio les reportará unos 160.000 euros.

La ejecutiva, junto a su hermana Mónica, lleva el día a día de la empresa que fundaron sus padres Francisco Algás -propietario de Star Textil- y Teresa Ochoa, creadora de Boboli. En la saga sucesoria, también la tercera hermana, Cristina Algás tiene vincualción con la empresa. En cualquier caso, son conscientes de qué para perpetuar la marca y la sucesión al frente del negocio, hoy por hoy, apuestan por la profesionalización. "La tercera generación, de momento, no se plantea incorporarse al negocio y, si alguno de ellos lo pretende, valoraremos si es apropiado", sentencia. Suelen decir que "a la empresa familiar hay que llegar con la mochila llena".