Microsoft acaba de anunciar sus resultados correspondientes al último trimestre de 2022, para ellos el segundo trimestre fiscal de 2023, en los que declara haber ingresado 52.750 millones de dólares frente a los 53.100 millones que esperaba el mercado, lo que supone un incremento del 2% con respecto al mismo periodo en el ejercicio anterior. Pese al crecimiento de los ingresos, el gigante tecnológico declara unos beneficios netos de 16.425 millones de dólares en el trimestre, es decir, un 12% menos con respecto al mismo periodo en el anterior ejercicio.

En los mismos, la empresa fundada por Bill Gates anunció unas ganancias de 33.981 millones de dólares en los seis primeros meses comprendidos entre julio y diciembre, lo que supone un decrecimiento del 13,5% interanual. El negocio de la nube se posiciona como el más rentable de la compañía.

Pese a que la firma declara haber acrecentado sus ingresos en varias parcelas comerciales, como por ejemplo por LinkedIn, o por los productos y servicios en la nube de Dynamics, la otra cara de la moneda reside en el descenso dado en otras, e importantes, áreas comerciales como los ingresos de Windows OEM, los cuales cedieron un 39%; o los ingresos por productos comerciales y servicios en la nube de Windows, que decrecieron un 3%; o los ingresos por contenido de la Xbox, que cayeron un 12%; o los ingresos por dispositivos, los cuales muestra una retrotracción de hasta un 39%.

Pese a que la compañía ha logrado ingresar un montante positivo, la realidad es que estas compañías se han visto mermadas por la coyuntura económica, la cual, entre otras cosas, ha afectado a una rebaja de la demanda, la cual es apreciable en la menor venta de dispositivos, entre otras cosas. La inflación y las subidas de tipos han estrechado los márgenes de ingresos, y todo apunta a que los mismos factores podrían perjudicar a la compañía en los primeros compases del curso.

Los despidos masivos le cuestan 800 millones a Microsoft

En cuanto a los despidos anunciados el pasado 18 de enero y que afectaron a 10.000 empleados, Microsoft resalta en el documento lanzado que “la compañía registró costos con las decisiones anunciadas el 18 de enero, incluidos los gastos por despido de empleados de 800 millones de dólares…”.

Como Microsoft, varias firmas tecnológicas se mueven en un entorno marcado por la inestabilidad económica. Pese a que los ingresos de estas compañías siguen siendo elevados, la realidad es que la desaceleración económica, la incesante inflación, y las subidas de tipos interés ha calado sobre la estructura financiera de estas compañías. La muestra de ello es Microsoft, Google, Twitter o Amazon, entre otras, son algunas de las empresas que han llevado a cabo importantes recortes de plantilla justificados por la coyuntura económica actual.

En los resultados, Microsoft hace un listado de cuáles son los potenciales riesgos a los que se puede enfrentar la compañía. Entre los más destacados están la “intensa competencia de nuestros mercados que puede conducir a menos ingresos”, “adquisiciones, empresas conjuntas y alianza estratégicas que pueden tener un efecto adverso en nuestro negocio”, “eventos catastróficos o condiciones geopolíticos adversas”, o “condiciones económicas adversas que pueden perjudicar a nuestro negocio”, entre otras.

Estados Unidos carga contra Google

En la misma jornada en la que Microsoft ha publicado sus resultados, otro gigante de la tecnología ha acaparado protagonismo. Y es que, Google, la empresa subsidiaria de Alphabet, ha recibido una demanda por parte del Departamento de Justica de Estados Unidos por su negocio de publicidad en línea. El país, junto a ocho estados, acusan a la compañía tecnológica de abusar ilegalmente de su dominio en la publicidad ilegal y de violar la Ley Sherman Antimonopolio.

Tal y como indica la demanda contra Google, la empresa “ha corrompido la competencia legítima en la industria de la tecnología publicitaria al participar en una campaña sistemática para controlar la amplia gama de herramientas de alta tecnología utilizada por editores, anunciantes y corredores, para facilitar la publicidad digital”.

Tal es el calado de la demanda que el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Gardland, explicó que Google “ha debilitado severamente, si no destruido, la competencia en la industria de la publicidad tecnológica”. Cabe destacar que la empresa liderada por Sundar Pichai controla el espacio publicitario de la mayoría de las páginas webs. En este sentido, el fiscal general de los States ha detallado que, “con este esquema, las páginas webs gana menos y los anunciantes pagan más”.

Es decir, Google acapara gran parte del especio publicitario que hay en la red, lo que supone que los ingresos de los anunciantes recaen en la firma tecnológica. Estos anunciantes pagan más, mientras que las páginas webs ganan menos. Es por ello por lo que Estados Unidos cree que Google ha construido un monopolio publicitario con el que llena sus arcas. Cabe destacar que más del 80% de los ingresos de la empresa subsidiaria de Alphabet provienen de la publicidad.