La distribuidora energética Holaluz ha detallado este martes que sigue avanzando en la refinanciación de su actividad para evitar la presentación de preconcurso de acreedores, ante el montante de su deuda. La compañía cotizada -que está suspendida de cotización desde el pasado 1 de mayo- ha comunicado al BME Growth que baraja un nuevo escenario en el que obtendría recursos de un inversor industrial del sector que suscribiría un préstamo convertible por valor de 7 millones de euros.

Esta financiación se completaría con un préstamo del ICF, por 10 millones, y un préstamo de Avançsa, por 3 millones, para completar la cifra de 20 millones de euros que la dirección de la compañía considera indispensables para garantizar su viabilidad a corto plazo.

Esta opción se está negociando, en paralelo con la que Holaluz planteó hace un mes, con la solicitud de los dos citados préstamos públicos, completados con préstamos convertibles de dos family offices por 1,8 millones, y una línea de descuento por hasta 7 millones de euros.

En su comunicado al regulador del mercado, la compañía deja claro que hoy por hoy no tiene ninguna opción cerrada, aunque insiste en que trabaja para solventar los problemas de liquidez a corto plazo. En este sentido, ha concretado que ya ha formalizado una operación de financiación, por importe de 4 millones, que ya ha sido desembolsada.

Con este escenario, quedan aún muchos flecos por cerrar, incluida la presentación de los resultados del primer trimestre de 2024, que Holaluz tenía previsto difundir este jueves. La empresa registró en el BME su informe de auditoría el pasado viernes, con "dudas significativas" por parte del auditor EY sobre la viabilidad de la compañía, que ha declarado unas pérdidas consolidadas de 26 millones de euros y un fondo de maniobra negativo de 44 millones, al cierre de 2023. 

A cierre de 2023, los estados contables de Holaluz reflejaban una deuda neta de 64,4 millones de euros. La mayor parte de la deuda está vinculado a los préstamos ICO que la compañía solicitó durante los ejercicios 2020 y 2021, para mitigar los efectos de la Covid-19 en el negocio, más un crédito del ICF y un préstamo de financiación de impuestos del Banco Santander; todo vinculado a los ejercicios de descenso de la actividad a causa de la pandemia.

La situación contable del grupo ha provocado una situación incómoda para los fondos de capital riesgo Axon Partners Group y Geroa Pentsioak E.P.S.V. de Empleo, accionistas de la compañía con una participación del 16,80% y el 6,68%, respectivamente. Ambos accionistas no validaron las cuentas de la compañía durante la junta de accionistas.