Henkell Freixenet, la filial de vinos espumosos del grupo alemán Oetker que controla al 50% de Freixenet, registró una facturación neta de 1.181 millones de euros en el 2022, un 8,5% más que el año anterior, de la cual el 40% proviene de la marca Freixenet, según informa Efe. Por categorías, los vinos espumosos supusieron un 66% de la facturación (un 11% más que en el 2021); los vinos tranquilos, o sin burbujas, aportaron el 22% (con un crecimiento del 2,6%) y los licores representaron el 11% del total y aumentaron un 25,5%. América, encabezada por los Estados Unidos, Canadá y otros países como el Brasil, fue la región que más creció el año pasado, un 28,7%; Europa del Este aumentó un 9,2%; mientras que el oeste de Europa lo hizo un 4,3% y los países de habla alemana, un 3,4%. La zona de Asia Pacífico solo creció un 0,1%, ya que tardaron más en abrirse por la pandemia, y el resto del mundo aumentó un 3,8%.

La compañía ha informado, desde Wiesbaden (Alemania), de que los diez primeros meses del año fueron "muy buenos", pero que los problemas ocasionados por la inflación provocaron que el final de 2022 no fuera tan positivo como se esperaba. El consejero delegado de Henkell Freixenet y coconsejero delegado de Freixenet, Andreas Brokemper, ha explicado que el incremento de costes de los materiales, como el cartón o el vidrio, ha repercutido "inevitablemente" en la subida de los precios. En este sentido, el vicepresidente y coconsejero delegado de Freixenet, Pere Ferrer, ha dicho que Freixenet cerró en el 2022 con más de 107 millones de botellas vendidas (incluyendo cava, vino, prosecco y otros espumosos), la misma cifra récord que la registrada el año anterior, pero que la repercusión del aumento de costes en los precios provocó un crecimiento del 10% de la facturación.

Preguntado sobre los efectos de la sequía en España, Ferrer ha asegurado que la situación es "preocupando", a pesar de que si, finalmente llueve, la cosecha será muy buena, en el transcurso del encuentro restringido a algunos medios. Con vistas a los próximos meses, Brokemper se ha mostrado "optimista" al constatar que el consumo está subiendo y la inflación bajando, de manera que ve con buenas perspectivas la temporada de verano. Por su parte, Andreas Brokemper también ha asegurado que el champán se encarecerá los próximos años, entre otras cosas porque su producción está más limitada y, en este contexto, el cava tiene una gran oportunidad.

Después de 10 años de la entrada del grupo alemán al capital de la bodega familiar de la familia Herrero, ya que en el 2018 se selló la alianza entre Henkell y Freixenet, las dos compañías siguen siendo "muy complementarias" según Brokemper, que ha asegurado que la alianza está funcionando "perfectamente" y no prevé cambios en el accionariado en los próximos años. "No hay ninguna razón para hacer cambios", ha insistido. Por su parte, Pere Ferrer ha corroborado que el accionariado es "estable" y a medio plazo no habrá cambios a la compañía, el 50% restante del cual está en manos de José Ferrer (42,75%) y José Luis Bonet (7,25%). Las dos partes están "satisfechas" con esta situación y destacan el crecimiento que ha comportado para las marcas, que se han beneficiado todavía más gracias a una estructura comercial fusionada. Sobre próximas adquisiciones, el directivo de Henkell Freixenet ha reconocido que siempre han sido una parte importante de la estrategia del grupo, pero que no son operaciones fáciles, porque tiene que coincidir en que "uno quiera vender y comprar", y ha asegurado que el grupo es "muy potente" y puede vivir sin adquisiciones.