Cada vez se registran más intentos de fraude al seguro de autos, aunque ahora son menos cuantiosos. Línea Directa ha detectado que entre 2021 y 2022, casi el 9% del total de los partes que recibieron eran falsos, una cifra récord. En concreto, la compañía recibió 110.000 intentos de estafa durante esos dos años, lo que supone un 40% más que los intentos de fraude del periodo 2019-2020. La razón de este incremento, explican, es la actual situación económica, marcada por la reducción del poder adquisitivo a consecuencia de la inflación y la subida de los tipos de interés.

En la presentación del VII Barómetro del Fraude del Seguro elaborado por Línea Directa (que tiene 2,5 millones de vehículos asegurados y 700.000 hogares) se ha puesto de relieve que, por encima de ese 9% de intentos de fraude que hay de media en España hay 10 provincias. A la cabeza está Cádiz (11,6%), seguido de Málaga (10,8%), Cantabria y Murcia (ambas con el 10%), Sevilla (9,9%), AlicanteBarcelona (ambas con un 9,7%), Granada y Vizcaya (9,3%) y Navarra (9,1%).

Mientras que en el otro lado se sitúa la “España vaciada”, con Teruel (3,4%), Soria (3,4%) y Zamora (4,9%) como lugares con menos porcentaje de engaños. Dentro de Catalunya, Barcelona lidera también el fraude al seguro con casi 1 de cada 10 intentos de estafa (9,7%). El resto de provincias catalanas, Tarragona (8,4%), Gerona (7,4%) y Lérida (5,6%) se encuentran por debajo de la media nacional.

El perfil más habitual de defraudador al seguro, explica el informe, es un hombre joven de menos de 30 años, desempleado o con un trabajo precario. Aunque en los últimos años se le ha ido sumando el de un hombre de más de 40 años que realiza estas prácticas para obtener un “dinero extra” o para no tener que pagar una reparación.

La estafa más común, añaden, es la de tratar de incluir en el parte daños ajenos al siniestro, siendo más habitual en un coche antiguo (de 11 a 14 años). En cuanto a la época del año, Línea Directa ha detectado un trasvase de estafas desde el verano al otoño, principalmente los meses de octubre y noviembre, siendo los lunes y martes los días de la semana más propicios para los engaños.

Cada vez hay más bandas organizadas

Otro de los aspectos que destaca el informe es el importante aumento de las bandas organizadas, que crece un 11% en el último año y en total son más de 900 desde que empezaron a investigarlas. Estas redes encuentran en este tipo de fraudes la posibilidad de ganar dinero e incluso blanquearlo.

Funcionan de manera establecida, con una estructura y una estrategia. E intentan causar a conciencia los golpes y los accidentes. Otras veces, simulan la trama o un robo que no ha existido nunca. 

Aunque el fraude de los clientes individuales se mantiene también, lo que más preocupa a las aseguradoras son estas redes organizadas que cometen fraudes “en carrusel” a distintas compañías con el objetivo de obtener indemnizaciones declarando lesiones falsas.  A menudo, dichas redes están conectadas con delitos mucho más graves, destacan desde Línea Directa.

Las mafias suelen estafar, de media, más de 8.300 euros por cada fraude, unas 10,5 veces más que los engaños de los conductores particulares. En este sentido, Línea Directa revela que, desde el primer año que empezaron a realizar este informe, se han multiplicado por cinco los partes detectados por la aseguradora. 

Sin embargo, el coste medio de los intentos de fraude ha descendido, es decir, hay más intentos pero con importes más pequeños. Entre los motivos puede estar la inflación, que hace que proliferen los intentos de fraude.

Por comunidades autónomas, la Región de Murcia es en la que hay más mafias que han intentado estafar al seguro con una tasa que multiplica por 4,5 a la media nacional. Le siguen, a mucha distancia, Andalucía y Cantabria. 

Estafa en el seguro del hogar

En lo referente al fraude en el seguro de hogar, el Barómetro de Línea Directa señala que los intentos de estafa en este ramo alcanzaron un 2,6% de los partes declarados. Una cifra que permite concluir que los intentos de engaño en esta línea de negocio se mantienen bastante estables a lo largo del tiempo, aunque se identificó un cierto repunte en 2020 y 2021 a causa del confinamiento y de las restricciones de movilidad decretadas a raíz de la pandemia.

Las estafas más habituales suelen ser de dos tipos: tratar de que la compañía cubra un daño producido con anterioridad a la firma de la póliza y la simulación de siniestros. En lo referente a su coste medio, el importe alcanza los 556 euros por intento de estafa, un 19% menos que en el Barómetro anterior.