CaixaBank ha trasladado a unos 1.000 trabajadores de BPI, su filial portuguesa, al edificio 'Monumental´ ubicado en el centro de Lisboa. El banco alquiló este inmueble a Merlin Properties en el verano de 2021, pero no ha sido hasta ahora cuando ha realizado la mudanza porque ha llevado a cabo una importante reforma durante año y medio, en la que ha hecho las oficinas más espaciosas y sostenibles.

El histórico edificio, de 11 plantas y 14.000 metros cuadrados, alberga ahora el área de gestión de activos, seguros y planes de pensiones, CaixaBank Equipment Finance o CaixaBank Payments & Consumer, además de la comisión ejecutiva del consejo de administración, que hasta hace poco se ubicaban en otros edificios de la capital portuguesa.

Con estos cambios, el banco que dirige João Pedro Oliveira e Costa divide los servicios centrales de BPI en Lisboa en solo dos edificios. El ya citado, Monumental y Casal Ribeiro 59, en la zona de Praça do Saldanha. El domicilio social y la sede sigue estando en Oporto, en la Avenida da Boavista 1117 donde también concentran a buena parte de la plantilla. Es esta ciudad, además, el banco también dispone de otro edificio ubicado en Saudade.

Además de reorganizar los servicios centrales, lo que le ha permitido vaciar algunos locales, BPI (Banco Portugués de Investimento) también ha reducido su estructura en 2022, cerrando oficinas (unas 24) y recortando personal (un centenar de personas). De manera que cerró el último ejercicio con menos de 4.400 trabajadores y 325 sucursales.

Actualmente, el banco portugués está negociando -a nivel sectorial- un aumento de salario para sus trabajadores, aunque de manera individual ya ha llevado a cabo dos subidas. Fuentes cercanas a la empresa explican que en 2022 elevaron los salarios más de un 1% y este 2023 otro 4%. Esto ha hecho que, pese contar con menos trabajadores, los gastos de personal se hayan reducido ligeramente (un 1%) hasta los 260 millones de euros, según reflejan sus cuentas.

BPI -donde CaixaBank aterrizó en 2017 a través de una opa que le dejó el 84,5% del capital en sus manos y que terminó de completar en 2018, cuando se hizo con el 100% de las acciones- ha aportado al grupo catalán un beneficio de 272 millones de euros por su negocio en Portugal, sin contar con Angola donde también está presente.

El banco, en quinto privado más grande del país, destaca en sus últimos resultados que acaba de cerrar un ejercicio récord en hipotecas y depósitos. En 2022, elevó los depósitos de clientes un 5% hasta los 30.300 millones, de hecho, estos depósitos representan el 79% de su activo y constituyen su principal fuente de financiación, explican. También disparó un 11% la contratación de hipotecas, lo que lleva su cartera de crédito a los 29.200 millones de euros.

Con todo, el beneficio de CaixaBank en Portugal aumentó un 60% el año pasado, más que el de Bankinter -que también está presente en el país luso y lo elevó un 50%, hasta los 72 millones- y que el del Santander. El banco de Ana Botín incrementó menos sus ganancias porcentualmente (un 16%) pero sus beneficios son más grandes que los de los dos bancos juntos. El año pasado ganó 534 millones de euros en el país vecino.

Santander Totta se ha convertido en el banco privado más grande del país por activos y créditos a particulares tras absorber al banco que le da nombra (Totta), el Banco Crédito Predial Português, el Banco Internacional de Funchal y la filial del Banco Popular en Portugal. La entidad, presidida por Pedro Castro e Almeida, cuenta con casi 5.000 empleados y unas 380 oficinas tras llevar a cabo un importarte plan de reestructuración en los últimos dos años que le ha permitido reducir costes un 11% en un 2022. El grupo cargó en las cuentas de 2021 una dotación de 165 millones para hacer frente a estos ajustes.

Pese a liderar el mercado, Santander Totta ha perdido clientes y negocio. De hecho, ha cerrado el año con 2,9 millones de clientes, un 4,5% que en 2021. Lo que también ha provocado que su volumen de préstamos se reduzca un 0,5% en el conjunto del año, hasta los 40.000 millones.

Bajo este escenario, y dado el contexto de subidas de tipos de interés, la filial lusa del banco Santander acaba de lanzar cinco depósitos al mercado que remuneran al 2% para acelerar la captación de clientes. De hecho, Santander lanzó esta ofensiva comercial en Portugal apenas dos días después de que lo hiciera Bankinter.

Bankinter también se ha lanzado a captar clientes lanzando el ‘Depósito Bienvenida’ con el que paga un 1,75%. El banco entró en Portugal en 2017, después de comprar a Barclays su negocio de banca privada y banca corporativa en el país luso. También adquirió el negocio de seguros, pero aquí se alió con Bankinter. En su primer año, el beneficio fue de 31 millones y el último de 78 millones, por lo que se ha más que doblado. De hecho, su contribución al resultado grupal es del 14%, mayor que en CaixaBank o Santander.

El banco destacaba en la presentación de resultados que el volumen de negocio gestionado no ha dejado de crecer desde que llegaron a Portugal. Este negocio, sumados recursos, dentro y fuera de balance, e inversión, alcanza los 18.200 millones de euros, versus los 11.400 millones de 2017.