La Oferta Pública de Adquisición (OPA) del grupo químico Bondalti sobre la española Ercros, que se ha conocido este martes, provocó la lógica sorpresa en los mercados financieros, aunque no se trata de una firma desconocida en el sector industrial español. Sus comienzos en España fueron algo tortuosos, al comprar a Ence su filial Elnosa, dedicada a la fabricación de cloro y que se ubicaba en Vigo (Pontevedra). Después de un proceso de litigios con las autoridades locales, la portuguesa decidió buscar en 2018 –año el que pasó de llamarse CUF a Bondalti- tierras más acogedoras e instaló la fábrica de cloro en Torrelavega (Cantabria), modernizando, con una inversión de 60 millones de euros, una antigua planta de la multinacional Solvay.

Su siguiente paso en España lo dio en 2021 con la compra de Aguas Alfaro (AEMA), dedicada al tratamiento de aguas residuales (sobre todo ligadas al mundo agrícola) y que se ubica en Alfaro (La Rioja). Y dentro de esta división de tratamiento y reciclado de aguas, Bondalti Water está desarrollando un nuevo proyecto agroindustrial, el más grande en España, en la zona de Navarra, consistente en la instalación de un sistema híbrido -anaerobio y con MBR (biorreactor de membranas)- en una planta comunitaria dedicada al tratamiento de aguas de proceso industrial para un grupo de empresas del sector agroalimentario.

Además del sector químico y del tratamiento de aguas, la tercera pata de la portuguesa Bondalti es la energía verde, con proyectos en las ciudades lusas de Estajerra y Sines, para la producción de hidrógeno verde.

Este grupo químico emplea a 250 personas en España, de una plantilla total de 700 trabajadores. En España cuenta con fábricas en Torrelavega y Alfaro y oficinas en Madrid, Barcelona, Sevilla, León, Lugo y Logroño. Los últimos datos de la compañía corresponden a cierre de 2022. Bondalti está controlada al 100% por el grupo familiar José de Mello y no tiene las urgencias de información que se exigen a las empresas cotizadas. Las ventas ese año ascendieron a 595 millones de euros, la mayor parte fruto de su actividad química ante la juventud de sus otras divisiones. De esta cifra exporta el 90% a Europa Occidental y Oriental, Medio Oriente y África. El beneficio de explotación alcanzó los 102,5 millones de euros, con un resultado neto de 51,9 millones. Destaca la reducción de la deuda neta que bajó de los tres dígitos de 2021 hasta los 69 millones con los que cerró 2022.

Los principales productos químicos que produce son anilinas mononitrobenzeno, ácido nítrico, ácido sulfanílico, cloro-álcali, cloro, sosa cáustica y otros derivados, además del hidrógeno. Bondalti es el principal productor ibérico de cloro-álcali y uno de los mayores productores de anilina del mundo, donde es líder de ventas en Europa. Sin duda, con la compra de Ercros buscará ampliar la gama de producción y abrirse a nuevos mercados. Estos componentes químicos se traducen en lejías, espuma de poliuretano y otros productos cuyos principales consumidores son la industria del automóvil, la farmacéutica y también la construcción. Por tanto, en un sector muy cíclico como es el químico, la marcha de la compañía está muy ligada a la evolución de la industria y de esos sectores en concreto.

La saga De Mello

João de Mello está al frente del consejo de administración de Bondalti desde 1997 y es el impulsor de esta compra de Ercros. Su visión de mercado y producción se aborda siempre en términos de la Península Ibérica y no tanto de Portugal o España. También la familia es un signo distintivo de este grupo y el presidente de Bondalti considera que para la pervivencia del grupo y su éxito empresarial se deben anteponer los intereses de la empresa a los de la saga.

Así, la oferta sobre Ercros tiene el respaldo del grupo empresarial, José de Mello, de larguísima tradición –quinta generación- en el país vecino, que comenzó su andadura, en 1898, como la Companhia União Fabril. El conglomerado opera en muy diferentes áreas de negocio: 22 hospitales y clínicas privadas (CUF); productos químicos y tratamiento de aguas (Bondalti); residencias y servicios para personas mayores (José de Mello Residências e Serviços); infraestructura y movilidad (autopista Brisa); vinos producidos en la región del Alentejo (Ravasqueira) y mantenimiento y servicios (ATM).

Una auténtica saga que da para escribir la historia económica de Portugal. Antes de ser nacionalizado en 1975, el gigantesco emporio de la familia De Mello contaba con 115.000 empleados, suponía el 5% del PIB portugués y estaba presente prácticamente en todos los sectores de la economía lusa. En la década de los ochenta, la saga familiar consiguió poner de nuevo en marcha su grupo empresarial, hasta nuestros días.