El regulador de bolsas y mercados de los Estados Unidos, la SEC, ha comunicado este jueves por la noche, hora española, que acepta las nuevas condiciones propuestas por el BBVA de cara al país norteamericano con el fin de salir adelante la opa, que prevén que el banco español la saque adelante si se apodera al menos de un 30% de las acciones del Sabadell, renunciando a la condición mínima del 50% previamente anunciada.

Eso supone que "el BBVA renunciará a la condición mínima únicamente si el número de acciones del Banco Sabadell ofrecidas y no retiradas a la oferta permite adquirir al menos el 30% de los derechos de voto de las acciones del Banco Sabadell al final del plazo de aceptación".

Si el banco español consigue entre un 30 y un 50% de las acciones, y según la legislación española, estará obligado a presentar la opa en el plazo de un mes desde la adquisición.

En el documento de la oferta, detalla el comunicado, se advertirá a los accionistas que "no tienen que ofrecer sus acciones del Banco Sabadell si su voluntad de participar en la oferta se viera afectada por la exención de la Condición de Aceptación Mínima".

La SECO permite en el banco tres dispensas a fin de que pueda alinear los plazos que regulan el régimen de la opa en ambos países. La entrada en vigor del folleto norteamericano, la posibilidad de renuncia a la condición de aceptación mínima y el ajuste de la contraprestación contemplado en la oferta podrán estar así pues contemporizados. El regulador permite que el BBVA reduzca la contraprestación que paga con la oferta si el Sabadell paga un dividendo antes de la liquidación de la oferta.

Durante los próximos días, se espera que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se reúna para dar el visto bueno y hacer público el folleto definitivo de la opa, donde quedarán publicadas todas las condiciones.

Desde que el Sabadell concretó la venta de TSB, filial del Reino Unido, en el Santander, y aprobó un jugoso dividendo asociado a esta operación, el banco catalán ha hecho valer todavía más su fortaleza y su autonomía y ha reiterado que el precio ofrecido por el BBVA ya queda totalmente obsoleto después de la revalorización del banco. El BBVA, mientras tanto, ha reconocido los riesgos que la operación no salga adelante y ha guardado silencio, pero no ha retirado la oferta ni ha hecho ninguna señal clara que tenga intención de hacerlo.

El banco anunció la intención de comprar el Sabadell en el mes de mayo del año pasado y desde entonces se ha enfrentado con la oposición del Gobierno, las patronales, partidos y sindicatos catalanas y a unas condiciones del ejecutivo que le han valido al equipo de Pedro Sánchez la apertura de un expediente disciplinario por posible extrapolación de competencias. Entre ellas, el documento prevé que durante los primeros años de la compra se respete la autonomía de la marca del Sabadell y no se lleve a cabo una fusión que tenga costes sociales como despidos o reducción de oficinas, entre otras cosas. Nada ha frenado, por ahora, en el BBVA.