La economía turca siguió registrando tasas muy elevas de inflación a finales de 2022 y la actividad económica del país se enfrió a partir del tercer trimestre. Todo ello en un contexto de elevadas necesidades de financiación exterior, endeudamiento en moneda extranjera y reducidas reservas internacionales, apunta el Banco de España en un informe publicado este lunes. En este avisa a BBVA, el banco con más actividad en el país, que este 2023 la situación empeorará.

El organismo que dirige Pablo Hernández de Cos recuerda que la característica más destacada de la economía turca en 2022 ha sido su elevada y creciente inflación. A pesar de que ya en 2021 acabó por encima del 35%, más del doble que al cierre de 2020, los precios siguieron acelerándose en 2022, hasta registrar una tasa superior al 85% interanual en octubre, el máximo de los últimos 24 años. También creció la inflación subyacente, hasta rebasar el 70% en dicho mes.

En cuanto a la evolución de la actividad económica. El PIB de Turquía mantuvo un fuerte ritmo de avance en la primera mitad de 2022, con un crecimiento del 7,5% interanual. Pero a partir del tercer trimestre disminuyó un 0,1% intertrimestral y presentó una tasa de crecimiento negativa por primera vez desde el segundo trimestre de 2020 debido a una caída de la inversión y de las exportaciones.

Las previsiones del Banco de España no son mucho mejores para este 2023. El supervisor espera que la actividad económica siga siendo moderada en el corto-medio plazo y que el consumo privado se ralentice previsiblemente por la menor renta disponible, resultante de la elevada inflación y la esperada moderación del crédito por efecto de las medidas macroprudenciales introducidas a mediados de 2022. También espera una menor aportación de las exportaciones al crecimiento del PIB, dada la pérdida de competitividad de la lira.

Al tiempo, indica que la economía turca se seguirá viendo afectada por una menor demanda externa y los efectos negativos derivados de la invasión rusa de Ucrania, pues ambos países mantienen estrechos lazos comerciales. Y en este contexto, destaca que el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé ahora una desaceleración del crecimiento del PIB en 2023 hasta el 3%, desde el 5% de 2022.

El Banco de España también muestra que en Turquía, el déficit de la balanza por cuenta corriente se ha convertido en otra vulnerabilidad de la economía del país, pues ha seguido escalando hasta alcanzar el 5,5% del PIB en octubre, lo que supone un sustancial empeoramiento respecto a la media del 2,7% del PIB en el período 2015-2021.

Al tiempo, subraya que el tipo de cambio de la lira frente a otras divisas ha seguido depreciándose. Por ejemplo, lo ha hecho en un 29% frente al dólar, cuatro veces más que la media de las economías emergentes. Y ello a pesar de las intervenciones en el mercado de divisas en apoyo a la lira y de la estrategia de “liraización” de las autoridades turcas.

En este contexto, recuerda que BBVA se vio obligado el año pasado a aplicar la contabilidad hiperinflacionaria en Turquía, donde está presente a través de Garanti. Estos se producen cuando los precios suben de manera elevada y rápida, como ha pasado en el país otomano, y suelen reducir gran parte del beneficio.

El Banco de España hace este informe sobre la situación financiera de Turquía precisamente por la elevada presencia del banco español allí. Turquía viene siendo identificado anualmente por el supervisor “como un país material para el sistema bancario español” por la exposición del grupo BBVA a través de su filial Garanti. La participación del BBVA en el capital de Garanti aumentó en 2022 hasta el 85,97%, frente al 49,85% que tenía antes de la opa voluntaria que cerró en mayo.

Garanti es el segundo mayor banco privado turco y el quinto del país si se incluyen también los públicos. A 30 de septiembre de 2022, última fecha de la que hay datos disponibles, los activos de Garanti suponían el 9% del total de los activos del grupo BBVA, y su contribución al beneficio de BBVA (de 336 millones de euros) frente 13,1% de un año antes. La razón de que este beneficio disminuyera se encuentra en la contabilidad por hiperinflación que aplicó el banco, que ha reducido el resultado en los nueve primeros meses del año 2022 en más de 1.300 millones de euros.

Asimismo, el BdE recalca que la economía española y la turca se encuentran también vinculadas por importantes flujos comerciales y financieros bilaterales. En cuanto al comercio exterior, en 2021 el 1,7% del total de las exportaciones españolas se dirigieron a Turquía, siendo el séptimo país fuera del área del euro con mayor peso en dichas exportaciones.

En cuanto al sector bancario en general, el informe concluye que se ha mantenido saneado en 2022, aunque con una evolución mixta de los indicadores. La evolución del crédito dirigido al sector empresarial ha caído en términos reales, aunque en menor medida que el dirigido a los hogares. Respecto a la posición de liquidez del sector, destaca que sigue siendo holgada, aunque los préstamos han crecido recientemente más que los depósitos, y el porcentaje de activos sobre pasivos a corto plazo ha invertido su tendencia creciente. Además, el 100% de los préstamos sindicados se han renovado, aunque a un coste más elevado.

Por su parte, la ratio de morosidad ha seguido descendiendo hasta el 2,4%, las provisiones han continuado aumentando y la ratio de solvencia ha invertido desde abril su tendencia creciente, aunque se mantiene por encima de los límites regulatorios.