El plan inversor de Aena se desvanece. La empresa que preside Maurici Lucena quiere destinar casi 13.000 millones de euros entre el 2027 y el 2031 para ampliar la capacidad de los aeropuertos y mejorar la calidad de las instalaciones de toda su red en España, según lo anunciado en septiembre. Pero la mayor parte de esa inversión (9.991 millones) corresponden a inversiones reguladas, un dinero que la gestora aeroportuaria recauda de las tasas aeroportuarias. Y aquí es donde está encontrando un fuerte rechazo.
Y es que, para sacar el plan adelante, Aena tiene previsto subir las tarifas que cobra a las aerolíneas un 6,5% a partir del 2026, a lo que se han negado todas las compañías aéreas. Aunque ha habido unas voces más criticas que otras, como la de Ryanair, que incluso ha cancelado rutas y ha reducido su oferta en algunos aeropuertos. La disputa ha pasado ahora al terreno político, porque el PP ha introducido una enmienda al texto del proyecto de Ley de Movilidad Sostenible que, de salir adelante, obligaría a Aena a rehacer su propuesta de inversiones reguladas de 9.991 millones.
Si bien, la enmienda aprobada por el Senado (que todavía tendría que ser aprobada por el Congreso) pide congelar las tasas aeroportuarias durante el período comprendido entre 2027 y 2031, además de exigir la puesta en marcha de un nuevo plan de incentivos consensuado con el sector. Aena no ha tardado en reaccionar, la compañía semipública, donde el Estado posee un 50% del capital, ha cargado contra esa enmienda.
La gestora de los aeropuertos en España, defiende su actual sistema de financiación. Por una parte, destaca que el precio de los billetes de avión entre el verano de 2022 y el verano de 2025 ha subido un 28% en vuelos nacionales y un 9% en los internacionales. Mientras que el de las tarifas aeroportuarias, apenas ha subido un 4,6% en el mismo periodo. Lo que a juicio de Aena "demuestra que no existe una correlación estadísticamente significativa entre los precios de los billetes y las tarifas".
También recuerda que el precio actual de las tarifas es de 10,35 euros por cada billete de avión, una cantidad inferior a los 11,11 euros que se pagaba de tarifa en 2015 y que, si se incorpora el efecto de la inflación, es como si hubieran bajado un 36% en los últimos once años, según sus cálculos. Aena quiere demostrar que una subida de tarifas no tiene por qué encarecer los precios de los billetes.
"El motivo estriba en que las tarifas aeroportuarias representan un porcentaje reducido del precio del billete de avión —el de un “paquete turístico” es incluso menor— y, por tanto, la variación de las tarifas tiene un impacto muy pequeño en la decisión de volar de los pasajeros", asegura.
En un comunicado, advierte de que la enmienda del PP introduciría "inseguridad regulatoria y jurídica en la economía española, cuyos efectos tóxicos en Aena podrían reverberar en la comunidad financiera internacional y enturbiar la buena imagen y la probada seriedad económica de España". Maurici Lucena cree que la propuesta legislativa del PP debería conducir "a una reflexión grave" y señala que "ninguna pugna política excusaría un daño, colateral e infundado, al buen funcionamiento de los aeropuertos españoles".