Desde ON ECONOMIA hemos podido recoger una de las últimas prácticas que los ladrones se las ingenian para robar el dinero a las personas. Así pues, es una mezcla entre el clásico método y de otros aplicados a las nuevas tecnologías, pero a efectos prácticos resulta bien sencillo. Según hemos podido recoger por parte de algunos afectados, los ladrones roban las tarjetas de crédito o débito de forma física y, al cabo de unos minutos, las tiran al lado de la víctima del robo para que esta piense que se le ha caído o lo había perdido y la recupere sin ninguna consecuencia más.

¿Cuál es el problema de esta manera de hacer? Los ladrones ya han capturado el número de tarjeta y, lo más importante, los tres dígitos del código de atrás de la misma tarjeta con los cuales, normalmente, se acaba dando la conformidad definitiva de la transferencias. Según hemos hablado con una trabajadora de un call de una entidad bancaria, el método es bien sencillo: La víctima no piensa en ningún momento que le hayan podido birlar e, incluso, cuando comprueba a través de su aplicación no percibo ningún movimiento bancario. Es posteriormente, al cabo de unas horas, cuando se activa 'el desastre' y se empiezan a hacer transferencias y pagos sin descanso'.

Un ejemplo real

Lo ejemplarizamos con la anécdota de una persona que lo ha vivido de primera mano: "Estaba en un centro comercial y cuando fui a pagar, dejé en el mostrador de la caja la tarjeta unos segundos para cerrar el bolso. Me pareció ver una mano, pero fue rapidísimo y el vendedor que tenía al otro lado me juró que no había venido nadie por detrás. Después de mirar y dar muchas vueltas me marché, aunque antes quise dar el aviso a los vigilantes de seguridad que me aseguraron que sin una orden judicial no podían visionar las cámaras para más convencimiento". Y la testigo, que no quiere dar el nombre, añade: "Justo cuando ya me marchaba, el mismo vigilante me alertó de que la habían encontrado repentinamente en una esquina de la planta donde estaba comprando, un lugar que, por cierto, en ningún momento me detuve a mirar nada y seguro de que por allí no pasé".

Reforzar la seguridad online

A pesar del código de seguridad, las tarjetas siempre es mejor que tengan una doble confirmación. Algunos consejos que la misma Policía Nacional da es tener una tarjeta de uso exclusivo para pagos online, actualizar tus aplicaciones para que nadie más pueda entrar, tener accesos encriptados en páginas de compra y, en último término, nunca perder de vista una tarjeta. También es interesante preguntar si nuestros pagos, a través del banco, se pueden emitir con una confirmación vía mensaje, posterior a la misma codificación de las tarjetas.

La presencia de un código CVV o CVC es indispensable para potenciar el comercio electrónico, una actividad que a pesar del alto grado de penetración de internet en todo el mundo, sigue presentando un crecimiento relativamente lento. Según un estudio de KantarWorldPanel los países de la América Latina presentan más déficit, como Colombia registra solo el 0,1% de las ventas a través de comercio electrónico, una cifra que lo sitúa en la cola en el uso de canales digitales al lado de países como Chile, Brasil o Argentina. A nivel mundial, el líder es Corea del Sur, con un 19,7% de ventas.