El mercado inmobiliario en España continúa inmerso en una dinámica claramente alcista. El encarecimiento sostenido del metro cuadrado, sumado a la falta de oferta asequible, está obligando cada vez a más compradores a replantearse dónde vivir. Según los datos del portal Pisos.com, adquirir una vivienda de 90 metros cuadrados en municipios cercanos a las capitales puede resultar hasta un 50% más barato. En Catalunya, esta realidad se manifiesta con especial intensidad. Barcelona se sitúa a la cabeza con un precio medio de 464.007 euros por una vivienda de 90 metros cuadrados, es decir, unos 5.156 euros por metro cuadrado.
Estas cifras contrastan fuertemente con las de municipios del entorno metropolitano inmediato. En Badalona, por ejemplo, el mismo tipo de vivienda tiene un coste medio de 229.077 euros (2.545 euros/m²), mientras que en Hospitalet de Llobregat el precio se sitúa alrededor de los 246.545 euros (2.739 euros/m²). Esto implica que un comprador puede llegar a ahorrar más de 217.000 euros simplemente sin salir de la misma área metropolitana de Barcelona.
Esta brecha de precios entre la capital catalana y las ciudades de su entorno explica en buena parte el desplazamiento progresivo de la demanda hacia la periferia. “Las capitales de provincia se han convertido en territorios cada vez más inaccesibles para la mayoría de los compradores, lo que está provocando un desplazamiento masivo hacia municipios cercanos que ofrecen mejores condiciones de acceso”, afirma Ferran Font, director de Estudios de Pisos.com. “Hablamos de diferencias de precio que, para muchas familias, marcan literalmente la frontera entre poder o no poder acceder a la propiedad”, añade Font.
La situación también es especialmente complicada en la Comunidad de Madrid, donde la presión inmobiliaria ha alcanzado niveles muy elevados. Una vivienda de 90 metros cuadrados en la capital española tiene un precio medio de 567.211 euros, con un coste por metro cuadrado que se eleva hasta los 6.302 euros. Esta cifra contrasta de manera contundente con los precios de municipios de la corona metropolitana como Alcalá de Henares, donde la misma vivienda puede adquirirse por unos 225.157 euros (2.502 euros/m²), o Getafe, con un precio medio de 251.901 euros (2.799 euros/m²). La diferencia supera, en algunos casos, los 300.000 euros entre vivir en Madrid ciudad o en una población cercana.
Este fenómeno no es exclusivo de Madrid y Barcelona. En toda España se repite un patrón muy similar, con capitales tensionadas y municipios periféricos que ofrecen alternativas mucho más asequibles. En el País Vasco, San Sebastián registra algunos de los precios más elevados de España, con 594.647 euros por una vivienda tipo de 90 metros cuadrados. En cambio, en localidades como Azkoitia, el precio baja hasta los 87.619 euros, y en Oñati se sitúa alrededor de los 129.909 euros, cifras que evidencian una desigualdad territorial muy marcada.
En las Islas Baleares, Palma presenta un precio medio de 477.463 euros por un piso de 90 metros cuadrados, mientras que en Inca, a poca distancia de la capital, se pueden encontrar viviendas por 223.517 euros, casi la mitad. En el País Valenciano, Valencia ciudad registra un precio medio de 278.749 euros, pero en municipios cercanos como Canals o Carlet es posible comprar una vivienda por poco más de 60.000 euros
En Andalucía, el contraste también es evidente. Sevilla presenta un precio medio de 233.094 euros por una vivienda tipo, mientras que en localidades como Arahal el coste baja hasta los 65.416 euros, y en Las Cabezas de San Juan hasta los 63.914 euros. Otras comparaciones ilustrativas son las de Bilbao (352.578 euros) frente a Elorrio (126.171 euros) o Balmaseda (166.775 euros); Alicante (233.799 euros) frente a Elche (77.778 euros); Zaragoza (194.298 euros) frente a Caspe (57.582 euros); Las Palmas de Gran Canaria (238.658 euros) comparado con Ingenio (111.127 euros); o Santander (250.669 euros) respecto a Los Corrales de Buelna (102.196 euros).
Este escenario pone de manifiesto que el acceso a la vivienda se ha convertido en un problema estructural que supera el ámbito estrictamente urbano. “La dispersión de precios entre las capitales y sus municipios próximos revela que el problema del acceso a la vivienda no se resuelve únicamente con políticas aplicadas en las grandes ciudades, sino con una visión territorial mucho más amplia que incluya todo el ámbito metropolitano”, señala Ferran Font.
Aunque la búsqueda de vivienda en la periferia puede ser una solución efectiva a corto plazo para muchos compradores, los expertos alertan de que esta dinámica también puede generar un efecto dominó sobre los precios. Cuando la demanda se desplaza de manera masiva hacia los municipios del entorno, la presión sobre estos mercados aumenta y, con ella, los precios tienden a subir. Esto puede reproducir el mismo problema que se quiere evitar, pero en una nueva escala territorial. “El mercado está obligando a los compradores a ampliar su radio de búsqueda de manera constante. Lo que hace unos años era una opción voluntaria para algunos, hoy se ha convertido en una necesidad para muchos”, concluye Font.