El paro da mucha faena. Tanta, que los trabajadores del Servicio Publico de Empleo Estatal (SEPE) están al límite y en el 40% de las oficinas no se puede pedir cita previa en la página web, según un estudio interno de Comisiones Obreras. Denuncian que hay 4.802 trabajadores en sus 715 oficinas, o sea, un empleado para 583 desempleados sobre un total de 2,78 millones, y una carencia de al menos 2.200 para llegar a 7.000, que sería un mínimo necesario. Si este lunes intentas buscar cita previa en Barcelona, te da una sola alternativa: Granollers. Y si buscas en Madrid, ni eso: "Lo sentimos, no hay citas previas disponibles".
La situación es desbordante "y eso que estamos en un buen momento de empleo", alerta Josetxo Gándara, responsable de Acción Sindical de Comisiones Obreras en el ministerio de Trabajo. Amplía las cifras a las 7.300 personas que trabajan para el SEPE (contando ya no solo las oficinas, sino también departamento y central), que llegaron a ser 10.500 y deberían de ser 12.000 según sus estimaciones. "Nos faltan 5.000 empleados, un 40% de la plantilla", sentencia.
Con altas cargas de trabajo y expuestos al estrés que supone gestionar los casos de usuarios que están en momentos delicados económica y emocionalmente, el SEPE pierde a centenares de personas cada año. A ello se le suman las jubilaciones, muchas de ellas a los 60 años en una plantilla con un porcentaje muy elevado de trabajadores entre los 53 y los 59 años. En total, pierden entre 300 y 400 empleados cada año.
Los afectados, desempleados, pueden estar semanas esperando a solicitar su prestación de desempleo o pasarlo especialmente mal cuando no dominan bien el sistema digital, difícil de controlar. "Cuando hay cita previa disponible, los 15 días de plazo se cuentan a partir del día en que se da esa cita, por lo que no se pierde la prestación. En los casos en los que no hay cita previa, se puede hacer una presolicitud on line, pero hay que tener certificado digital. No todo el mundo tiene y no todo el mundo domina igual internet. Así que nos vemos en casos de personas que se plantan en la puerta sin cita previa, angustiados para saber qué hacer, o vecinos que saben que trabajo con eso preguntándomelo en el ascensor, o incluso vigilantes de seguridad explicando al usuario cómo hacerlo", explica Pilar Seoane, secretaria general de Comisiones Obreras en la sección del ministerio de Trabajo.
Rotación y estrés
Alerta Gándara que aunque la cifra de 2,78 millones de parados sea de las más bajas de la historia reciente, "son parados que no están parados, existe una gran rotación y eso tiene un efecto multiplicador en nuestro trabajo".
Aunque la propia ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha reconocido la carencia de personal en el SEPE, "no existe voluntad política para solucionarlo", lamenta Seoane. "Existe una gran dificultad para solucionar problemas de ministerios de Sumar que dependen de otros del PSOE", apunta, por su parte Gándara, que explica que el Secretario de Estado de Trabajo, Javier Pérez Rey, "coincide en el diagnóstico" pero no es capaz de aplicar soluciones.
"En la zona donde yo trabajo, hay una parte importante de la población con bajo nivel educativo. Y hay gente que no entiende los escritos que se les envían. Además, no hay cobertura en la oficina y no pueden consultar en internet lo que necesitan. Para colmo, les pueden dar cita en oficinas a 100 kilómetros donde no llega ni el tren ni el autobús. Es gente que necesita una resolución para poder comer o para pagar la hipoteca, por lo que se dan situaciones de mucha tensión que generan grandes cargas de estrés en el personal, que prefiere otros departamentos", relata Seoane.
Por si fuera poco, los delegados sindicales critican también que la implantación de un nuevo programa electrónico, Alma, que llegó en 2024 para solucionar problemas, "no funciona". "Hay trámites que antes tardabas cinco minutos y ahora tardas 45. Nos está complicando la vida", resume Seoane. "Ahora mismo la situación está desbordada con un buen momento de paro. Como pase algo en la economía y suba el desempleo, será imposible de gestionar", aporta Gándara. "Vamos al revés de la economía: cuando va peor, tenemos más trabajo", se resigna Seoane.