Red Eléctrica mantendrá indefinidamente la aplicación del modo operativo reforzado, una medida de seguridad extraordinaria implementada tras el apagón generalizado del pasado 28 de abril. La decisión se prolongará "mientras no se tenga la seguridad plena de que todos los agentes del sistema cumplen estrictamente con los requisitos normativos de control de tensión", según ha declarado la presidenta de la empresa, Beatriz Corredor, durante su intervención en un evento empresarial. Este modo operativo especial, que implica mayores exigencias técnicas y protocolos de seguridad más estrictos para todos los participantes en el sistema, ha generado hasta el mes de noviembre un sobrecoste para el conjunto del sistema eléctrico valorado en 486 millones de euros.
La dirigente ha querido precisar el destino de estos recursos: "De estos 486 millones, ni un solo euro va la cuenta de resultados de Red Eléctrica. Estos sobrecostes se derivan directamente al resto de agentes, principalmente a las compañías generadoras de electricidad". Esta aclaración busca diferenciar el papel de Red Eléctrica como gestor neutral de la red de transporte frente a los generadores que producen la energía. Respecto del acontecimiento conocido como "cero eléctrico" del 28 de abril, Corredor ha defendido con rotundidad la actuación técnica de los equipos de Red Eléctrica. Afirma que "la verdad es una, y la verdad en la física es muy terca", señalando que los datos recogidos demuestran que el operador del sistema "cumplió en todo momento, tanto antes como durante y después del incidente". Según su exposición, la programación de generación para cubrir la demanda prevista fue correcta y se cumplieron todos los criterios de seguridad establecidos por la normativa.
La cronología técnica presentada por Corredor detalla que, a las 12:03 horas, se registraron "dos fenómenos anómalos y peligrosos para el sistema". Uno de ellos fue una "oscilación forzada provocada por un funcionamiento anómalo de una planta fotovoltaica concreta". Ante esta situación, el centro de control de Red Eléctrica aplicó inmediatamente los protocolos establecidos para este tipo de contingencias, consiguiendo que la tensión y la frecuencia retornasen a los parámetros normativos en el plazo previsto. No obstante, el problema se agravó sustancialmente a continuación por una serie de "desconexiones masivas, intempestivas e indebidas" en las redes de distribución regional, infraestructuras que no opera Red Eléctrica, sino las diferentes compañías distribuidoras.
Corredor ha definido estas desconexiones como "indebidas porque se produjeron mientras los requisitos de tensión de la red de transporte ya se encontraban dentro de los parámetros normativos". Añade que todos los informes técnicos presentados sobre el incidente confirman que la tensión "era correcta" y que el comportamiento de los grupos de generación convencional fue radicalmente diferente en España y Portugal. Mientras que en Portugal estas unidades siguieron estrictamente la normativa de control de tensión, en España "se produjeron movimientos bastante evidentes".
Las medidas derivadas del incidente
Esta divergencia en el cumplimiento normativo por parte de algunos generadores es, según la exposición de Corredor, la razón fundamental que obliga a mantener el modo operativo reforzado. "Estos son datos, de aquí no nos hemos movido", ha aseverado. En este sentido, Corredor ha reconocido que "cada agente del sistema tiene su propia narrativa" sobre los hechos, pero insiste en que "la narrativa no es la verdad; la verdad se constata con hechos". Dentro de este contexto de control reforzado, Corredor ha querido resaltar un indicador de eficiencia del sistema eléctrico español: el nivel de vertidos de renovables. Estos se producen cuando, por razones de seguridad o saturación de la red, se debe limitar la producción de energías renovables, aunque haya recurso disponible. Corredor ha asegurado que estos vertidos en España son inferiores a los que la Unión Europea determina como óptimos para un sistema con más del 50% de energía renovable en su mix.
Concretamente, hasta el año pasado estos vertidos no superaban el 2% de la producción renovable potencial. En la actualidad, y a pesar de las restricciones adicionales impuestas por el modo operativo reforzado, esta cifra se sitúa en el 3,5%. Ambos porcentajes están muy por debajo del máximo del 5% que la Comisión Europea establece como límite óptimo para no comprometer la estabilidad del sistema. "Esto es sumamente eficiente", ha valorado la presidenta de Red Eléctrica. Otro punto capital de su intervención ha sido la necesidad urgente de aumentar la capacidad de interconexión eléctrica de la Península Ibérica con el resto del continente europeo a través de los Pirineos. Corredor calificó este objetivo de "crítico" para poder aspirar a un verdadero "mercado único de la energía" en Europa.
La justificación radica en el potencial renovable de la península. "Sin las renovables de la Península Ibérica, Europa no cumplirá con sus propios objetivos de eficiencia energética, de integración de renovables, de descarbonización y, por tanto, de autonomía estratégica energética", afirmó. Actualmente, esta interconexión representa "una cuenta pendiente" grave, ya que la capacidad existente es de solo un 3%, mientras que los objetivos europeos hablan de alcanzar un nivel del 15% para considerar los sistemas eléctricos plenamente integrados.