Lo que primero se interrumpe cuando hay una huelga general en Francia es su sistema ferroviario. En este caso, lo que enfrenta el gobierno de Emmanuel Macron contra el grueso de la sociedad para la reforma de las pensiones, también afecta al tráfico aéreo con los primeros vuelos cancelados. El añadido de ahora es que esta huelga amenaza al ser una de las más fuertes de los últimos años en Francia y, cuando todavía no ha empezado, ya afecta mucho más de aquello previsto. A modo de ejemplo, la huelga ferroviaria se había programado para este jueves, pero ya se ha informado a algunos usuarios de afectaciones también para el viernes. Este es el mensaje que muchos usuarios, también aquellos que tenían previsto viajar desde Barcelona a cualquier destino de Francia, como Narbonne o Perpiñá, se habrán encontrado esta mañana: "Tu tren, el día 20/01, de BARCELONA SANTS a NARBONNE ha sido cancelado a causa de un movimiento social interprofesional. Os ofrecemos dos opciones: Cambia tu billete gratuitamente yendo a SNCF Connect o a tu aplicación de movilidad. O bien cancela tu billete, antes de la salida, para obtener el reembolso, dirigiéndote a SNCF Connect o a tu aplicación de movilidad". A partir de aquí, la indignación general de muchos usuarios que ven cómo se les cancela la ida, pero se les mantiene una vuelta que ya no tiene sentido y el perjuicio económico que eso comporta.
Una huelga que empieza este jueves
Los sindicatos franceses han llamado a los trabajadores a abandonar masivamente sus tareas este jueves, 19 de enero y tomar las calles de Francia. Vuelos, trenes, pero también el Metro de París se verán seriamente afectados por esta huelga nacional en contra de la reforma de las pensiones que se propone sacar adelante el gobierno del presidente Emmanuel Macron, que ha dicho que se mantendrá firme y ya ha pedido a los ciudadanos que no paralicen el país. En paralelo, el aeropuerto de París Orly, al sur de la capital francesa y segundo mayor de la ciudad, es en este momento el único en el país donde las huelgas podrían provocar interrupciones, según ha informado un portavoz de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), a causa de un paro convocado por el sindicato de controladores aéreos, sumándose a la protesta. El organismo que ha impuesto a las aerolíneas una reducción del 20% de su capacidad para evitar un impacto mayor en las operaciones, cosa que llevará a cancelar uno de cada cinco vuelos con origen y destino en el aeropuerto parisino.
Las encuestas de opinión muestran que la gran mayoría de los franceses se oponen a la reforma planificada, que haría que la edad de jubilación pasara de los 62 a los 64 años, y este jueves será una prueba de si eso se puede convertir en un gran dolor de cabeza para el gobierno. Aunque el liderazgo de la huelga lo lleva la izquierda francesa, los mismos simpatizantes de Macron critican esta reforma, no solo por la ampliación de los años, sino por el cómo. Así pues, consideran que no se tendría que producir este cambio de forma brusca y también piden que se tenga en cuenta los requerimientos que dan un trabajo u otro, para poder incluir a todo el mundo en esta franja nueva de edad. Francia lleva varias décadas de intentos de reformar el sistema de pensiones, a uno de los más generosos y costosos de Europa, y de protestas para intentar frenarlos.
El coste de la jubilación francesa
El gasto por jubilación corresponde a la suma del gasto a cargo de la Seguridad Social, que consiste en financiar las pensiones de jubilación mediante las cotizaciones que graba a la población activa. Aunque estas contribuciones representen la mayor parte de la financiación, contribuyen las contribuciones del Estado, así como los impuestos y los derechos. El sistema de pensiones francés cuenta actualmente con 1,8 contribuyentes por jubilado, una ratio que se prevé que disminuya hasta 1,2 a 1 en el 2050. También hay financiación privada caracterizada por la jubilación capitalizada que corresponde a una forma de ahorro individual. El año 2011, el gasto en pensiones representaba el 56% de las prestaciones pagadas por la Seguridad Social, es decir, 271.000 millones de euros (13,6% del PIB). A pesar de las reformas, todos los regímenes (generales y especiales) presentaron una necesidad de financiación de 14.000 millones de euros durante este periodo. Si bien hoy el gasto en pensiones representa aproximadamente el 12,3% del PIB, el coste del sistema de seguro de vejez francés es 4,6 puntos del PIB superior a la media de los países del OCDE.
De 1945 en 1983, las reformas de los planes de pensiones tuvieron como principal objetivo la extensión de las garantías del sistema a los empleados. El primer cambio apareció el año 1991 con el Libro Blanco que ponía de manifiesto las dificultades futuras del sistema de pensiones de retribución. Así, las reformas de 1993, 2003 y 2010 se sucedieron para intentar equilibrar las cuentas públicas y definir las fuentes de financiación. La reforma del 2013 a través de varias medidas pretende ahorrar unos 7.500 millones de euros en el 2020, que correspondería según las previsiones solo al déficit del régimen general.