Las temperaturas descendieron bruscamente a principios de semana, lo que ha permitido prescindir de los aires acondicionados en la mayoría de España. Sin embargo, a pesar de que se ha culpado a la ola de calor del aumento en la factura de la electricidad, el precio ha seguido en alza esta semana y ayer volvió a subir, concretamente un 2%, hasta 110,57 euros por megavatio hora, ligando cuatro subidas consecutivas. Con ello, agosto cerrará como el mes más caro desde el pasado febrero, según los datos provisionales del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE) recogidos por EP. Por tanto, las altas temperaturas y el consumo de los aparatos de aire acondicionado no son los causantes. Los expertos consultados por ON ECONOMIA achacan a un doble problema: uno coyuntural derivado del aumento del precio del gas por el miedo en los mercados a una huelga en tres plantas de gas natural licuado (GNL) en Australia, como explicaba Ana María Jaller-Makerewicz ayer en este diario, y otro estructural generado por la escasa oferta de las plantas solares en España que aboca a una dependencia de las centrales de ciclo combinado de gas en el mercado español durante los veranos.

La ola de calor, a pesar del fuerte aumento en el uso de los aires acondicionados, no ha supuesto un incremento del consumo de electricidad en agosto, pues cabe recordar que se trata uno de los meses con menos actividad industrial del año. Según los datos de Red Eléctrica Española (REE) en agosto se han demandado 21.766 GWh (gigavatios hora), un 3,6% menos que en julio. Sin embargo, a pesar de un menor consumo, el precio de la luz se ha elevado un 6%, a 96,04 euros el megavatio hora. Un incremento que se explica por el encarecimiento del gas. El 9 de agosto, los precios de futuros del gas aumentaron casi un 40% por el temor en los mercados a una amenaza de huelga de los trabajadores de tres plantas de gas natural licuado en Australia, como apunta Jaller-Makerewicz, un motivo que alega igualmente Javier Colón, gerente de la consultora Neuro Energía. Otro de los mayores expertos en mercados eléctricos, Francisco Valverde, responsable de desarrollo del área de renovables de Menta Energía, aunque no hace referencia al conflicto laboral en Australia, apunta igualmente al gas como el causante de la escala de precios de la electricidad de las últimas semanas.

Baja el consumo de gas

Sin embargo, el consumo de gas ha descendido en España en agosto. Jaller-Makerewicz apunta, con datos de este jueves, que “España no necesita importar más gas porque la demanda es baja (solo un 22% de utilización de las terminales de GNL) y la capacidad de almacenamiento es del 100%, aunque todavía hay espacio para más almacenamiento en los tanques de GNL”, por lo que el encarecimiento del gas en España no se debe a una mayor demanda de gas. Así pues, que se haya disparado la factura eléctrica se debe, no tanto, a una subida coyuntural del GNL, sino a vicios estructurales del mercado eléctrico español, tanto en la manera de retribuir a las empresas generadoras, como a la falta de capacidad de centrales solares. Ambas están relacionadas.

Valverde y Colón culpan -sin fisuras- a cómo se retribuye la generación de la electricidad, conocido como mercado marginal. Cada día, todas las centrales eléctricas instaladas en España, sin importar el tipo de energía que usan -nuclear, eólica, solar, gas, hidráulica, carbón…-, ofertan el kilovatio a un precio diferente. La primera que entra en el sistema es la más barata -nucleares y renovables- y así sucesivamente de menos a más precio. Sin embargo, no importa a qué precio han ofertado, pues todas cobran a lo ofertado por la última central que vuelque al sistema, en una subasta que se hace para cada hora del día. Así, muchas centrales nucleares ofertan a cero euros por megavatio, pero si el precio de la última ha sido, digamos 10 euros, recibirán 10 euros por los megavatios que hayan generado.

El gas marca el precio 

Generalmente, las centrales con precios más altos son los ciclos combinados que generan electricidad con gas natural. Y durante agosto, en prácticamente todas las horas, ha participado una central de gas que, debido a que el precio de su materia prima se ha encarecido, ha elevado la retribución media a la que se ha abonado la generación de la totalidad de los megavatios consumidos. “Aunque entre una sola central de gas ya es suficiente para encarecer la factura de la luz de ese día, aunque si entran más por necesidades de demanda, el precio se elevará, pues cada nueva planta ha ofertado algo más caro su megavatio”, señala Colón, encareciendo paulatinamente el coste final de la electricidad de esa hora. No obstante, matiza que la diferencia entre los precios de los distintos ciclos de gas no es tan relevante como el precio al que se paga el gas en los mercados internacionales.

Valverde incide en que manda en la factura el precio al que ha entrado el último megavatio, generado probablemente con gas. Y recuerda que el precio del gas se ha disparado en agosto, así como el coste del precio del CO₂. Por tanto, el problema es que no haya suficiente capacidad de generación para evitar que tenga que entrar una o dos plantas de ciclo combinado, en la mayoría de las horas del día. Ayer jueves, según explica Valverde, hubo electricidad generada con gas las 24 horas del día. En los meses estivales, por las condiciones climatológicas, decaen la generación eólica por falta de viento y la hidráulica por el escaso nivel de los pantanos. La solar, tanto la fotovoltaica -mayoritaria en España- como la térmica, aunque se benefician de mayores horas de sol y más intensas, no es suficiente. “Hace falta más energía solar, que todavía está en pañales en España”, comenta.

Esta energía tiene el hándicap de que durante la noche no genera electricidad, pero podría cubrir las horas de mayor consumo. Este jueves, la solar empieza a volcar al sistema a las 8,30 horas y aportará hasta las 21,30, con el máximo a las 14.00, cuando producirá el 46,3% de la energía consumida a esa hora en España. Sin embargo, dado la escasa aportación de la hidráulica, y en menor medida la eólica, el gas aportará el 8% de la electricidad consumida a esa hora. Lo que implica, que “contaminará” con su precio, toda la factura. No obstante, estos vaivenes de los precios afectan exclusivamente a los clientes que están en el mercado regulado (PVPC), pues los que han contrato en el libre tienen un precio estable durante todo el año. A principio de 2023, el 60% de los hogares estaban en el mercado libre, y este jueves subían al 69%. Valverde señala que a partir del año próximo se modificará el PVPC.