La Fundación Pimec ha presentado las conclusiones de la encuesta ¿El talento tiene edad? 2025, un estudio que analiza las percepciones y las prácticas reales del tejido productivo catalán en relación con la contratación de perfiles sénior. La cuarta edición de esta radiografía refleja con precisión la realidad de la micro, pequeña y mediana empresa catalana en su distribución por número de trabajadores, sector y territorio. Los resultados confirman un cambio estructural en la actitud empresarial.
Durante el ejercicio 2025, un 72% de las pymes catalanas han incorporado profesionales mayores de 45 años a sus equipos, consolidando una tendencia ascendente ya detectada en 2024. Este crecimiento, según el análisis, se concentra especialmente en la franja más joven de este colectivo, entre los 45 y los 55 años. El dato evidencia una valoración progresivamente más positiva de la experiencia y el conocimiento acumulado como factores clave para la competitividad y la estabilidad de las organizaciones.
No obstante, el estudio revela un punto débil en este ecosistema: la inclusión laboral se reduce drásticamente para los profesionales que superan la frontera de los 55 años. Solo una de cada cuatro empresas (27%) ha contratado a personas de esta franja de edad en el último año. La situación se agrava en el caso de las mujeres mayores de 55 años, que se enfrentan a una doble barrera por edad y por género, situándolas en una posición de especial vulnerabilidad en el mercado laboral.
Uno de los indicadores más reveladores de la encuesta es el grado de conciencia crítica detectado entre los empresarios. El 74% de los encuestados reconoce abiertamente que existe discriminación por edad en los procesos de selección de personal sénior. “Este dato refleja un claro crecimiento en la sensibilización de las empresas ante esta problemática”, ha señalado Josep González, presidente de la Fundación Pimec, durante la presentación.
Los responsables de toma de decisiones coinciden ampliamente en las medidas que podrían revertir la situación. El estudio recoge un amplio consenso en torno a tres ejes principales: la creación de un contrato especial para mayores de 45 años que adapte las condiciones laborales a estos perfiles, el fomento de modalidades de colaboración flexibles con profesionales sénior (como el mentoring o la consultoría) y una mayor eficiencia y enfoque específico de los servicios públicos de empleo en la gestión de este talento.
El valor del equipo multigeneracional
Más allá de las cifras de contratación, la encuesta pone de manifiesto una convicción mayoritaria en el valor de la diversidad generacional. Una mayoría del 91% de las empresas considera que los equipos más efectivos e innovadores son los que combinan las aptitudes y las actitudes de diferentes generaciones. “La mejor organización es la que integra la visión fresca y el dominio tecnológico de los jóvenes con la experiencia, la red de contactos y el criterio de los profesionales sénior”, ha afirmado Marta Amorós, directora de la Fundació Pimec. Las empresas que han incorporado estos perfiles destacan, entre sus aportaciones, la experiencia sectorial específica, una mayor resiliencia ante las crisis, un alto grado de compromiso con la compañía y una notable reducción de las tasas de rotación de personal.
La percepción final entre los contratadores es mayoritariamente positiva, corroborando que la inversión en talento sénior se traduce en un valor estratégico tangible para la empresa. La encuesta dibuja, pues, un abanico de contrastes: por un lado, una progresión esperanzadora en la incorporación de profesionales con experiencia, y por otro, la existencia de un techo de edad que continúa limitando el aprovechamiento de todo el capital humano disponible para la economía catalana.