La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, espera que continúe el actual proceso de descenso de la inflación en Europa y determina la política monetaria restrictiva de la institución y las expectativas de inflación como "salvaguardas" frente a una posible espiral de precios al alza como consecuencia del aumento de salarios. "Nuestra política monetaria restrictiva, el consiguiente fuerte descenso de la inflación y unas expectativas de inflación a largo plazo firmemente ancladas actúan como una salvaguarda contra una espiral sostenida de salarios y precios", dijo la presidenta del BCE, este lunes, en el pleno de la Eurocámara, durante un debate acerca del informe anual sobre la actividad del BCE en 2022, elaborado por el Parlamento Europeo.

Lagarde ha pedido al Consejo de Gobierno del banco que tenga "confianza" en que alcanzará, de manera "sostenible" el objetivo de rebajarla hasta el 2%. "Continuaremos aplicando un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel apropiado y la duración de la restricción, teniendo en cuenta las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la fortaleza de la transmisión de la política monetaria", ha apuntado.

Lagarde ya dijo la pasada semana que los registros de los salarios en el último trimestre de 2023 fueron "alentadores" y aseguró que el instituto emisor esperará a tener datos sobre las negociaciones salariales de los tres primeros meses de este año antes de tomar alguna decisión sobre su política de tipos. "Hay muchos sectores y trabajadores cubiertos por negociaciones (salariales) que se cerrarán a lo largo del primer trimestre de 2024 y estos números, especialmente si siguen siendo alentadores, serán importantes", expresó en una rueda de prensa en Gante (Bélgica).

El objetivo del 2%, se mantiene

De cara al futuro, ha señalado que el BCE espera que la inflación siga ralentizándose, a medida que desaparezca el impacto de las anteriores perturbaciones alcistas y las estrictas condiciones de financiación contribuyan a reducir la inflación. Después de que el Consejo de Gobierno del BCE decidiese, tras su reunión de enero, mantener sin cambios las tasas de interés, Lagarde ha vuelto a insistir en que si estas se mantienen durante un periodo "suficientemente largo", contribuirán sustancialmente a garantizar que la inflación regrese a su objetivo del 2% en el momento "oportuno".

Por otro lado, ha apuntado a una "deficiencia" en el impulso a las inversiones privadas para cerrar la brecha de financiación, ya que la Comisión Europea estima que se necesitarán unos 800.000 millones de euros adicionales por año para financiar las metas ambientales, climáticas y digitales de la UE.

"Nuestros mercados de capital siguen fragmentados y, como resultado, carecen de profundidad y liquidez, especialmente si se los compara con los de Estados Unidos", ha advertido Lagarde, quien ha precisado el capital de riesgo de la UE, en relación con el tamaño de la economía, es solamente una pequeña fracción del tamaño -alrededor de una quinta parte- del capital de riesgo de Estados Unidos.

Más inversión privada

En este sentido, ha invitado a establecer medidas para promover y ampliar las opciones de financiación de las empresas europeas para invertir en las tecnologías necesarias para la doble transición.

La presidenta del BCE pasó también revista a la situación económica en la eurozona, dónde el PIB se estancó al final de 2023, tras haber aumentado un 3,4% en 2022, debido a la menor demanda de exportaciones por la debilidad del comercio global y el endurecimiento de las condiciones de financiación. Si bien advirtió de que, desde finales del año pasado, la debilidad del sector manufacturero se ha extendido al de servicios, señaló que "hay señales crecientes de que (la ralentización) está tocando fondo y algunos indicadores a futuro apuntan a un repunte más adelante este año".