"Al llegar a los 80 años, esta sociedad ingrata en la que vivimos tiene una cierta tendencia a no solamente permitir que uno se jubile, sino a jubilarlo obligatoriamente", reconocía recientemente el cantautor Joan Manuel Serrat, quien se considera "un ciudadano útil" a sus 81 años. Su deseo de no volverse invisible lo reconoce y reitera en una reciente entrevista otorgada a BBC News Mundo, en la que reclama su derecho a "seguir defendiendo" sus valores y a "hacerlo con independencia de los gurús del futuro y de las aves de mal agüero".
Molesto con la sociedad y su trato a las personas mayores, el cantautor del Poble Sec no piensa renunciar a su visibilidad ni a su derecho a ser útil. Su reproche es contundente: "No solamente le saca el trabajo [la sociedad a las personas mayores], sino que le saca los mapas de la vida con los que uno se mueve. Se le retira también el derecho a ser visible y se acaba convirtiendo en un ser invisible que va de aquí para allá".
Pero sus argumentos no los enmarca únicamente en el ámbito musical, al que se ha dedicado toda su vida hasta que se retiró de los escenarios 4 días antes de cumplir los 79 años, sino al mismo sentido de la vida. Serrat se retiró con la gira El vicio de cantar (1965-2022), con la que recorrió diversas ciudades en 2022, y que culminó con un concierto en Barcelona el 23 de diciembre de 2022.
Con ganas de vivir y elegir
En la citada entrevista, Serrat argumenta algunas de sus últimas declaraciones públicas en las que insistió en sus ganas de seguir reivindicando sus valores. "Tengo 81 años y pienso seguir haciendo cosas en defensa de mi familia, mi pueblo, y, sobre todo, en defensa propia", consideró en un diálogo sobre la vejez que compartió con la periodista Rosa Maria Calaf en el salón FiraGran 2025, celebrado este año en Barcelona. "Quiero decir que tengo todas las ganas de vivir, y no me las van a quitar mientras pueda sentir esa maravilla que es la vida", añade en respuesta a las preguntas de Carolina Robino, para la BBC News Mundo, en Guatemala.
Redundando en su idea y, en defensa propia, Serrat saca partido a su ironía y se pregunta: "¿Que me quieran utilizar para una cosa u otra? Pues para las que me gusten, me dejaré, y para las que no me gusten, no me dejaré". Y lo que le apeteció fue participar en el festival Centroamérica Cuenta, en Guatemala, protagonizando una charla junto al escritor Sergio Ramírez, sobre el itinerario de su vida y sus canciones, y el vínculo especial que ha mantenido con América Latina.
No hay júbilo en la jubilación
El cantante, con una dilatada trayectoria profesional y muy comprometido con la sociedad, siempre ha defendido la vida activa. Hace un par de décadas, tras superar una enfermedad, insistía en qué seguiría al pie del cañón mientras gozara de salud, de ilusión por su oficio, y el público le reclamara. Advertía ya y desmontaba en aquel entonces lo que siempre ha creído una falacia: hay muy poco júbilo en la jubilación. "Cuando a la gente la jubilan, la aparcan, y yo no tengo ninguna gana de que me aparquen", decía entonces y sostiene ahora.
"He abandonado la profesión, pero no he abandonado a la persona y a las ganas de vivir. Y a esta persona le gusta cantar y sigue cantando. Canto, escribo y hago cosas", reconocía en una entrevista al digital nicaragüense Confidencial. "Eso de retirarse, yo se lo digo a todos, es un no parar de hacer cosas", sentenció.