Como establece el artículo 1 de la Ley del IRPF, se trata de un “tributo de carácter personal y directo que grava, según los principios de igualdad, generalidad y progresividad, la renta de las personas físicas de acuerdo con su naturaleza y sus circunstancias personales y familiares”. Una definición sencilla, pero su aplicación resulta compleja, especialmente para los autónomos.
De entrada, hay cuatro cuestiones que deben quedar claras: régimen, deducciones, errores habituales y cómo optimizarlo, que permitirán al autónomo evitar problemas y ahorrar un dinero.
Régimen de tributación
Por lo que respecta al régimen, estas son las dos principales formas:
A. Estimación directa (la más frecuente), por la que se paga en función de los beneficios reales.
- Estimación directa simplificada (que realiza la mayoría de autónomos)
- Estimación directa normal (cuando se superan los 600.000 euros)
La fórmula de calcularlo: ingresos – gastos deducibles = rendimiento neto.
Se puede pagar el IRPF mediante:
- Pagos trimestrales (mediante el llamado modelo 130), sobre el 20% del beneficio.
- Declaración de renta anual.
B. Estimación objetiva (lo que se conoce por ‘módulos’)
Solo para las actividades permitidas. No depende de los ingresos sino de determinados ‘módulos’ como la superficie del local en metros cuadrados, número de empleados…
Deducciones
Es posible deducir gastos siempre que estén justificados, registrados contablemente y relacionados con la actividad que se lleve a cabo.
Hay una serie de gastos deducibles:
- Si se trabaja desde casa: una parte de la vivienda donde se realice la actividad (ejemplo: 20% del piso) y una parte de los gastos de electricidad, Internet, gas o agua (como máximo el 30%)
- Cuota de autónomos
- Material (ordenador, software, teléfono móvil, papelería…)
- Vehículo (solo si es totalmente para la actividad empresarial. También se incluyen las facturas de taxi o de otros medios de transporte)
- Dietas y comidas. Solo son deducibles si se abonan con tarjeta, con factura y en días laborables, pero hay límites en el importe (27,67 euros/día)
- Formación (incluye cursillos, libros, congresos y otras actividades relacionadas con la actividad)
Errores
Los errores más habituales que cometen los autónomos son:
- Deducir gastos personales como si fueran profesionales
- No guardar las facturas (el ticket no es una factura completa)
- Deducir el 100% del coche sin poder justificarlo
- No controlar bien los pagos trimestrales (modelo 130)
- No hacer provisiones para la renta anual
- Mezclar cuenta personal con la profesional
Cómo optimizar el IRPF
Existen estrategias que permiten ahorrar:
- Separar las finanzas (cuenta bancaria y tarjeta para la actividad, y otras personales)
- Planificación de la amortización de activos (máquinas, ordenadores… se pueden amortizar en varios ejercicios y permiten reducir los beneficios anuales)
- Planificación de ingresos y gastos (se pueden retrasar ingresos a enero, así como avanzar pagos a diciembre si resulta ventajoso)
- Planes de pensiones o de previsión (permiten reducir la base imponible mediante aportaciones a planes de pensiones o para autónomos como PPAs –Planes de Pensión Asegurados– o mutuas)
- Disponer de un software de gestión (permite controlar gastos, simular presupuestos, evitar errores…)
Y como siempre, hay que tener claro que una consulta a tiempo a un profesional evita problemas y optimiza los pagos por concepto de IRPF.