El Ibex-35 cierra el ejercicio 2025 con una revalorización del 49,7%, la mejor desde 1993. Este porcentaje lo convierte en el segundo índice con mayor rendimiento a escala global entre las principales economías. A las 14h, el selectivo ha cerrado su actividad con una caída del 0,27%. Sin embargo, en líneas globales, los resultados positivos de las últimas sesiones han culminado un año en el que el mercado ha superado una barrera psicológica que arrastraba desde la crisis financiera de 2008. Concretamente, el 27 de octubre logró superar finalmente los máximos registrados en el año 2007, justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, que se encontraban en los 16.040 puntos.

La capitalización bursátil conjunta de las 35 compañías que integran el índice supera por primera vez el hito del billón de euros. De este grupo, cuatro valores superan individualmente los 100.000 millones de euros en capitalización. A Inditex e Iberdrola, que ya habían alcanzado esta cifra en años anteriores, se suman ahora las entidades bancarias Santander y BBVA. En el conjunto de tres años, la bolsa española encadena tres ejercicios consecutivos de subida, duplicando su valor en este periodo sin incluir el reparto de dividendos.

La comparación con otros índices internacionales puede resultar engañosa. Mientras el referente europeo, el Euro Stoxx 50, avanza un 18,4%, y el norteamericano S&P 500 un 17,4%, el Ibex-35 ha evolucionado de forma positiva en un escenario global extremadamente complejo. Los inversores han tenido que hacer frente durante todo el año a múltiples factores de inestabilidad. Entre estos factores destacan las políticas proteccionistas de Donald Trump, los crecientes desequilibrios fiscales en grandes economías como Estados Unidos o Francia, y una pérdida de confianza generalizada en el dólar, reflejada en su depreciación frente al euro. A esto se añaden las tensiones sobre la independencia de la Reserva Federal norteamericana, diversos focos de conflicto geopolítico y, en los últimos meses, el temor creciente a una posible burbuja financiera vinculada a las inversiones en inteligencia artificial.

El sector bancario y empresas estatales como motores del récord

El rendimiento excepcional de la bolsa española tiene un protagonista claro: el sector financiero. Entidades como Santander, BBVA y Unicaja han duplicado su valor en los últimos doce meses, mientras CaixaBank se acerca. Bankinter y Sabadell, por su parte, han revalorizado sus acciones aproximadamente un 80%. Este comportamiento se apoya en resultados empresariales sólidos. Solo en el periodo comprendido entre enero y septiembre, la gran banca española acumuló unos beneficios de 25.417 millones de euros, estableciendo también récords en el pago de dividendos. Sabadell, por ejemplo, ha distribuido más de 1.100 millones de euros este año, una cifra que el Santander eleva a 3.400 millones, todo ello en un contexto de bajada de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo.

En el ámbito industrial, destacan las fuertes subidas de Indra, que se revalora un 184,6%, y de la energética Solaria, con un avance del 131%. Las empresas de infraestructuras, como ACS (76,5%), y la misma Iberdrola (38,8%) también han contribuido significativamente al resultado global. Inditex, tras un inicio de año dubitativo, ha recuperado el terreno perdido y cierra el año con una subida superior al 15%, marcando nuevos máximos históricos con sus acciones cercanas a los 57 euros. En el lado opuesto, Telefónica registra una bajada del 11%, después de que su último plan estratégico no lograra convencer a los inversores. También acaba el año en negativo el estreno bursátil Puig, que pierde un 16,6% respecto a su precio de apertura.

A escala mundial, el panorama bursátil continúa marcado por las grandes compañías tecnológicas vinculadas a la inteligencia artificial, que con valoraciones superiores a los cuatro billones de dólares concentran una parte creciente del mercado. Aun así, su balance anual es desigual. Solo Nvidia (+40%) y Google (+65%) presentan rendimientos espléndidos, mientras otros gigantes han mostrado signos de fragilidad. El sector se enfrenta ahora a un debate fundamental sobre la rentabilidad futura de las inversiones masivas en centros de datos para el entrenamiento de modelos de IA.

Casos como el de Oracle, cuyas acciones caen más de un 40% desde sus máximos de septiembre tras presentar unos resultados decepcionantes, o el de Meta, que reduce su beneficio un 83% y pierde más de un 12% en dos meses, ilustran esta volatilidad latente. En el conjunto de Europa, los mercados han logrado absorber el impacto de la guerra comercial gracias a unas perspectivas de crecimiento revisadas al alza. Un factor clave ha sido el plan de inversión alemán, destinado a modernizar las infraestructuras nacionales y reforzar las capacidades en materia de seguridad, que ha inyectado optimismo a los inversores continentales