Luis de Guindos ha avisado este viernes de las consecuencias de debilitar los marcos regulatorios de la banca. El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) ha instado a implementar en su totalidad el marco regulatorio de Basilea III y ha advertido de que desviarse o aplicar una relajación de las reglas puede crear riesgos sistémicos.

En su intervención en un seminario organizado por la Oficina del Parlamento Europeo en España, Guindos ha señalado que las tensiones financieras observadas esta primavera muestran que el marco de Basilea, que tiene pilares regulatorios y de supervisión, necesita ser visto e implementado en su totalidad.

"La finalización de Basilea III en la legislación de la UE es crucial para mantener seguros a nuestros bancos (...) Deberíamos hacerlo fielmente, sin desviaciones", ha defendido el economista español, para quien un marco regulatorio debilitado "puede crear riesgos sistémicos".

En este sentido, el vicepresidente del BCE ha defendido que un marco regulatorio sólido conduce a una mayor estabilidad, destacando que los bancos de la zona euro han resistido notablemente a la pandemia, la guerra y el reciente episodio de estrés bancario. Al mismo tiempo, ha advertido de que la resiliencia de la banca de la eurozona ante el último episodio de tensión no debería conducir a ningún tipo de complacencia.

Reglas fuertes y supervisores fuertes

De este modo, Guindos ha afirmado que "solo reglas fuertes conducirán a bancos fuertes", por lo que ha expresado su preocupación respecto de aquellas áreas en las que la legislación propuesta para la regulación actual del capital se desviaría de Basilea III. "Reducir ahora las salvaguardias proporcionadas por las normas globales acordadas enviaría un mensaje perjudicial no solo sobre la futura resiliencia de los bancos de la UE, sino también sobre el compromiso de la UE con los acuerdos internacionales", ha advertido.

Asimismo, para el español "solo los supervisores fuertes pueden implementar una supervisión fuerte", por lo que ha expresado su preocupación ante la renuencia a otorgar al BCE un papel más fuerte y adecuado como guardián, para garantizar que únicamente directivos adecuados y experimentados puedan ocupar los puestos más altos en los bancos, especialmente en los grandes. "El reciente episodio de estrés bancario ha demostrado que la cultura es importante y que los bancos deben administrarse adecuadamente, ya que, de lo contrario, se erosiona la confianza", ha apuntado.

En particular, ha subrayado que los problemas de confianza pueden desarrollarse y propagarse más rápidamente en la era digital, cuando el pánico bancario puede ocurrir más rápido que en el pasado, lo que hace aún más importante contar con banqueros comprometidos con modelos de negocios bancarios sólidos, ya que son una condición previa para la confianza. "Necesitamos un libro de reglas estricto que permita a los supervisores verificar y reaccionar ante los problemas relacionados con la gestión bancaria", ha resumido.