El anuncio oficial del gran premio de España de Fórmula 1 en Madrid a partir de 2026 deja la prueba en Catalunya, y los 112 millones de impacto económico que genera, en el aire. El Govern no la da por perdida y asegura que no hay relación entre el anuncio y el fin de la competición en Montmeló, a la vez que negocia extender el contrato más allá del 2026. Lo cierto es que hace tiempo que hace esfuerzos para que la popular carrera automovilística permanezca en Catalunya y en los últimos tres años, ha invertido 25 millones de euros.

Ni la celebración del Gran Premio de Fórmula 1, que lleva al Circuit de Catalunya –más conocido simplemente como Montmeló, el municipio donde se ubica— la mitad de sus espectadores anuales, salva las cuentas de una instalación altamente deficitaria. Sin embargo, la Generalitat insufla millones cada año por el prestigio que aporta la competición y también por el retorno económico en al territorio e impuestos.

A finales de 2021, el Govern aprobó destinar al Circuit 24,7 millones de euros extra vinculados a la celebración de la Fórmula 1, para mejoras de sus instalaciones. La inyección se tenía que hacer en tres años: 8,4 millones en el 2022, 4,4 millones en el 2023 y el grueso, 11,8 millones, que toca este 2024. Esta decisión permitió extender el contrato con la F1 hasta 2026, incluido. Un año más tarde, Roger Torrent anunció una nueva inversión, de 30 millones, desvinculada del certamen, pero para modernizar la instalación, dentro de un nuevo plan estratégico para intentar frenar las pérdidas.

Todos estos esfuerzos podrían no ser suficientes para salvar el GP, como tampoco lo son para cuadrar las cuentas del Circuit de Catalunya, que cerró 2022 con unos ingresos de unos 30 millones de euros y pérdidas de 2,5 millones –los del 2023 todavía no son públicos. Pero si perdiera la F1, los números todavía serían más rojos, ya que de los 589.000 asistentes que tuvo en el 2022, 278.000 fueron a ver la Fórmula 1.

El inversión tiene sentido por el impacto económico que tiene. Aunque ha habido un baile de cifras al respecto, ya que se trata de una estimación, el Govern lo cifra en 205 millones de euros, pero de los que solo 112 se quedan en Catalunya. Para comparar, la MotoGP, la segunda competición más importante del Circuit, tiene un impacto de 74 millones –45 en Catalunya. En todo caso, solo con impuestos, IVA y IRPF, la Generalitat recupera 6 millones anuales. El Gobierno ingresa 21 millones en impuestos, pero no pone dinero, algo de lo que ahora se queja Isabel Díaz Ayuso en el caso de Madrid.

Los argumentos del Govern para salvar la Fórmula 1

La conselleria de Empresa se agarra al bagaje de Catalunya con la Fórmula 1, que hace 33 años que celebra en Montmeló, y al contrato en vigor para confiar en la continuidad del Gran Premio de Catalunya. "Mantenemos una relación excelente con F1 y estamos trabajando para extender el contrato a largo plazo, pero todavía tenemos tres años de contrato y, por lo tanto, mucho margen por delante", aseguraron fuentes de la conselleria.

El Govern también quiere convencer a Stefano Domenicali con un Gran Premio "extraordinario" en 2024, "con la implicación de la ciudad de Barcelona y nuevas experiencias que no se habían visto nunca hasta ahora" y que anunciarán en las próximas semanas, añadieron desde la conselleria de Roger Torrent. El Gran Premio da trabajo a unas 1.070 personas a Catalunya, según datos del Govern.

Isabel Díaz Ayuso anunció este martes la celebración del Gran Premio en el circuito semiurbano de Madrid, en Ifema, y aseguró que tendrá un impacto económico de 450 millones de euros anuales con 120.000 visitantes. Creará, también según el gobierno autonómico y la Cámara de Comercio de Madrid, 8.200 puestos de trabajo directos.

El cierto es que ya han convivido dos grandes premios en el Estado, entre los años 2008 y 2012, cuando el GP de España se celebraba en Valencia y el de Barcelona se llamaba GP de Europa. Pero también es cierto que desde entonces, la competición se ha ido desplazando hacia países emergentes, en China y Oriente Medio, donde hay mucho dinero para grandes acontecimientos, y dos competiciones en un mercado tan pequeño como es el español sería una rara avis en una competición que es, sobre todo, un negocio.