Un nuevo informe del Col·legi d'Economistes de Catalunya sostiene que el impacto de la sequía será de un nivel negativo "muy elevado" en el corto plazo. Pero va más allá y ya dibuja consecuencias concretas para el sector industrial. Así pues, el 77,8% de los economistas catalanes considera que la principal consecuencia de la aplicación de las medidas de emergencia actuales será la intensificación de las tensiones en el sector de la agroalimentación. Un 67,8% también indica que se iniciará un conflicto entre los sectores económicos para los usos del agua (agrario, boca, industrial, turismo) y un 54,7% cree que potenciará la inversión en sistemas técnicos de reciclaje y reutilización de agua.

¿Qué soluciones existen?

Pero también son propositivos. Desde el CEC, indican que en cuanto a las soluciones prioritarias para afrontar la sequía con una perspectiva de medio plazo, un 72,6% de los colegiados y colegiadas apuestan por incrementar la inversión en plantas desaladoras y de regeneración, y un 68,5% por reparar las cañerías de agua actuales que están en mal estado. Otras medidas a destacar son aumentar la inversión en potabilizadoras e incrementar la eficiencia del regadío (39,4% y 38,9%, respectivamente). Según el decano del CEC, Carlos Puig de Travy, "la sequía es un problema que viene de lejos y ha venido para quedarse. Tenemos que actuar rápido y con contundencia".

Asimismo, reclama al Govern de la Generalitat que "ponga en marcha espacios de consenso y debate social y técnico, más allá de las fuerzas políticas, e intensifique la colaboración público-privada". En este sentido, "destaca el papel que pueden tener los colegios profesionales, y ofrece el Col·legi d’Economistes de Catalunya para colaborar, haciendo hincapié en la tarea que está efectuando el Observatori Intercol·legial de l’Aigua, en el que participan los colegios profesionales de Economistes, Agrònoms, Camins, Canals i Ports".

Según estos resultados, para un 40,9% de los colegiados y colegiadas, la sequía es uno de los principales problemas que tiene actualmente la economía catalana. Casi la totalidad opina que este año tendrá un impacto negativo sobre el crecimiento económico, y un 58,3% apunta a que dicho impacto será muy elevado. En cuanto a las medidas de emergencia contra la sequía adoptadas recientemente por el Govern de la Generalitat, un 41,7% opina que la más adecuada es la que hace referencia a la reducción del consumo de agua en los usos recreativos, un 37,6% se decanta por la prohibición de llenar las piscinas y solo rellenar las piscinas deportivas y terapéuticas, y un 37,4% por prohibir el riego de jardines, zonas verdes y césped.

Patronales y asociaciones, a la expectativa

En esta misma línea también se han manifestado varias patronales y asociaciones en los últimos días. A modo de ejemplo, desde el metal catalán, la Unió Patronal Metal·lúrgica (UPM) ha lanzado una encuesta reciente a todos sus asociados, ya que consideran que faltan datos palpables en cifras que ayuden a radiografiar mejor la crisis del agua. Y desde el ACATCOR se muestran críticos con la gestión del Govern actual.

La reciente imposición de restricciones de agua ha encendido los ánimos de la Associació Catalana de Comunitats de Regants (ACATCOR). "Las medidas de emergencia dictadas han puesto de manifiesto una falta de discernimiento y consideración hacia el sector agrícola y ganadero, que se encuentra en una situación crítica". Además, recuerdan que los regadíos de Catalunya ya han abrazado un proceso de modernización tecnológica destinado a hacer un uso más eficiente del agua. Los sistemas de riego presurizados, de aspersión y goteo han permitido ahorrar hasta el 50% de los recursos hídricos utilizados en el riego tradicional. "Esta transición, sin embargo, no ha sido fácil ni económica, y ha requerido inversiones significativas y un compromiso continuo por parte de los regantes y otros actores implicados", concluyen en un comunicado reciente, que coincide con la línea marcada por el Col·legi, donde hace un pronóstico inmediato de estas fricciones entre sectores.