Siete de cada 10 personas de entre 18 y 75 años que participan en juegos de azar en España arriega su dinero a través de la Lotería Nacional. Le sigue, según cálculos de Statista, Euromillón y la Lotería Primitiva, y La Grossa (solo en Catalunya). Los cupones de la ONCE alcanzan una participación de aproximadamente el 25,5%. Una suerte -en caso de resultar agraciado- que hay que saber gestionar porque como indica la asociación European Financial Planning Association (EFPA), en el caso de  la Lotería de Navidad, por ejemplo, el 70% de los premiados tiene mucho menos dinero cinco años después de haber recibido el premio.

Antes de tomar decisiones de gasto o de inversión, el premio debe pasar por el tamiz de los impuestos. Los primeros 40.000 euros están exentos de cualquier pago y el resto tribuna al 20%. En el caso de la Lotería de Navidad, según ejemplifican desde la firma Abante Asesores, si tenemos un décimo premiado de El Gordo de 400.000 euros se pagarán impuestos por 360.000, por lo que Hacienda recibirá 72.000 euros y el premiado 328.000 euros. Curiosamente, el premiado no debe hacer ningún trámite. Será la propia administración la que, de forma automática, se quedará con el dinero que le corresponde en el momento de cobrar el premio. Por ello, no se incluirá en la base imponible del IRPF, aunque sí en el apartado de ganancias y pérdidas patrimoniales no derivadas de la transmisión de elementos patrimoniales. Y tampoco tendrá impacto haber ganado el premio a la hora de solicitar ayudas públicas, becas o prestaciones de la Seguridad Social. En cierto modo, es similar al pago por haber obtenido plusvalías en bolsa, deuda, fondos de inversión o viviendas, salvo esa ventaja de tener los primeros 40.000 euros libres de pago.

Es importante tener en cuenta el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, ya que, si se quiere donar parte del premio a un familiar hay que tener presente que, si no se puede demostrar que el boleto es compartido, hay que tributar en algunas comunidades autónomas.

Si la cuantía es suficiente importante y no sigue la mítica frase de George Best, jugador del Manchester United ("Gasté un montón de dinero en coches, mujeres y alcohol. El resto simplemente lo malgasté”) los expertos recomiendan hacer una planificación financiera para evitar ser más pobre un lustro después. El mundo financiero así como los inmuebles ofrecen múltiples posibilidades para rentabilizar ese dinero. Un objetivo aparentemente sencillo pero que en esta época de alta inflación no es baladí, es evitar que ese dinero pierda poder adquisitivo. O sea, el primer objetivo que cumplir es cubrir la subida de los precios para que ese premio siga brillando con igual intensidad pasados los años.

EFPA España ha elaborado un documento que recoge algunos errores habituales que no se deben cometer al ser agraciado con el premio. El objetivo es pensar en el futuro y evitar malgastar a corto plazo y también analizar si compensa pagar deudas, ya que a lo mejor el rendimiento que se obtiene con el dinero del premio es inferior al coste de la hipoteca, por ejemplo.

Resulta un grave error gestionar la administración del premio sin ayuda profesional. Es fundamental buscar un asesor financiero que nos ayude a gestionar correctamente la vida financiera del premio, en función de necesidades y objetivos. El concepto inversión va unido a un horizonte temporal a largo plazo, y un profesional podrá diseñar una estrategia a medida para maximizar el ahorro a largo plazo, realizando los cambios necesarios en la cartera, en función del comportamiento del mercado. A la hora de seleccionar un producto de inversión, analiza cuál es el nivel de riesgo que el premiado está dispuesto a asumir, ya que no existe el vehículo financiero perfecto, sino que depende del perfil de riesgo de cada ahorrador. Por ello, hay que desconfiar siempre de productos que ofrecen altísimas rentabilidades sin asumir grandes riesgos.

Reducir una deuda tiene sentido económico siempre que el coste, es decir el tipo de interés, sea superior a la rentabilidad que alcanzarías dedicando esa misma cantidad a la inversión en otros activos financiero. Si tienes tu hipoteca negociada a tipos muy bajos y la rentabilidad que puedes lograr vía inversión en productos financieros es superior, será mejor no adelantar pagos. Si optas por amortizar parte de la hipoteca, mejor en tiempo que en cuota, aunque no te olvides de revisar si existen costes de cancelación que penalicen esa anticipación.

No obstante, en el escenario actual de subida de tipos, es más que probable que merezca la pena amortizar de forma parcial o completa una hipoteca o préstamo de forma parcial, aunque en el caso de los créditos hipotecarios por la vivienda habitual firmados antes del 1 de enero de 2013, existe una desgravación de hasta 9.000 euros anuales en el Impuesto de la Renta. Por tanto, si se adelanta el pago, se pueden perder parte de las desgravaciones fiscales, por lo que sería rentable maximizar los pagos hasta ese límite fiscal.

Un aspecto muy importante es destinar una parte del premio para ahorrar para la jubilación y complementar así la futura pensión pública, teniendo en cuenta que, en los próximos años, se reducirá de forma significativa, por lo que será necesario ahorrar para mantener el poder adquisitivo cuando finalice la etapa laboral. Un premio como éste puede ser el mejor momento para empezar a ahorrar para este fin o, incrementar la aportación periódica.