Punto a favor para la economía española. La Comisión Europea ha lanzado esta misma mañana sus previsiones económicas de la zona euro para el presente curso y para el siguiente. Pese a que desde Bruselas entienden que la economía del Viejo Continente sigue mermada por el efecto de la inflación, la CE ha proyectado una mejora económica tanto para Europa como para España. Cabe destacar que el país ibérico es uno de los que mejor ha minimizado la inflación de los últimos meses, siendo la nación con los niveles de IPC más bajos de la zona euro.

Además, la serie de medidas aplicadas por el Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez parece que van teniendo efecto sobre el índice de precios. Pese a que hay puntos, como el valor de los alimentos, que aún siguen sin convencer a gran parte de la ciudadanía, el IPC nacional ha ido cediendo gracias a las herramientas utilizadas por el Gobierno español para reducir los costes energéticos.

Así, la Comisión Europea calcula que la economía española crecerá un 1,4% en 2023, lo que supone una mejora de cuatro décimas con respecto a la previsión que lanzó el organismo continental el pasado otoño. En línea con el crecimiento económico que estima la CE, esta también cree que el PIB español crecerá hasta el 2% para 2024.

Por su parte, Bruselas cree que la inflación en España continuará bajando hasta el 4,4% a lo largo del curso. Esta nueva estimación es mejor que la proyectada en otoño, cuando la CE lanzó su previsión de la inflación nacional y la ubicó sobre el 4,8%. Además de esto, en las previsiones dadas esta misma mañana, la Comisión Europea espera ver el IPC de España sobre el 2,3% en 2024.

Bruselas confía en que las medidas del Gobierno rebajen la inflación

Hoy por hoy, la inflación española se ubica sobre el 5,7%, siendo la más baja del continente europeo. Los expertos, y el propio Gobierno, achacan el ‘bajo’ nivel con respecto al resto de naciones europeas por las medidas aplicadas, sobre todo, en materia energética. España contó con una bonificación para los carburantes en el último tramo del pasado ejercicio, la cual ayudó a placar los elevados costes de la gasolina y del diésel. En línea con las medidas energéticas, el estado español aún cuenta con la denominada ‘excepción ibérica’, la cual topa el precio del gas. España dispondrá de esta herramienta hasta finales del presente curso.

Además de ello, el país liderado por Pedro Sánchez, como gran parte de las economías de la eurozona, ha logrado desprenderse de la influencia energética rusa, lo cual ha minimizado los precios energéticos, ya que la mayoría de los Estados miembro cuenta con reservas energéticas para atravesar el invierno.

Tal y como ha comunicado la Comisión Europea esta misma mañana, se espera que los efectos de la inflación se vean parcialmente aliviados por las medidas aplicadas por el Gobierno. Bruselas destaca entre esas herramientas los recortes del IVA para la electricidad del gas, o el nuevo paquete presentado el pasado diciembre, el cual incluye un bono de descuento adicional en las facturas de la electricidad para los hogares vulnerables. Por supuesto, la CE no se ha olvidado del recorte del IVA en algunos productos alimenticios, por el que el Ejecutivo espera aliviar el bolsillo de los ciudadanos, además de rebajar la presión inflación sobre algunos alimentos.

La Comisión Europea descarta la recesión en Europa en 2023

En cuanto a Europa, Bruselas ha elevado la previsión de crecimiento económico hasta el 0,9% en 2023. Esta nueva estimación supone una mejor de seis décimas con respecto a las ofrecidas el pasado otoño. En cuanto a la presión de la inflación, la CE espera que el IPC de la zona euro decrezca hasta el 5,6% en 2023, acercándose al objetivo que busca el Banco Central Europeo, el cual es del 2%.

La Comisión Europea ha descartado la recesión para este nuevo ejercicio, y ha valorado positivamente el crecimiento mostrado por el continente “a pesar de las circunstancias negativas excepcionales”, tal y como ha expresado Paolo Gentiloni, comisario de Economía del ente continental.

Europa cerró 2022 con un crecimiento del 3,5%, el cual adquiere más valor por la coyuntura económica actual. Varios oradores del mercado proyectaban una caída del PIB del Viejo Continente, y asentaban a Europa en una fase recesiva. Pese a que el crecimiento constató la no caída en recesión, los analistas de ING advirtieron de que la economía europea “sigue estancada”.

No hay que olvidar que el BCE ha adelantado que llevarán a cabo nuevas subidas de tipos de interés, lo que apretará más si cabe los bolsillos de la ciudadanía. Esto podría generar una disonancia económica y ralentizar el crecimiento del continente. Pese a ello, el BCE entiende que es la única forma de paliar el golpe de la inflación. Sea como fuere, podría darse una situación similar a la de Estados Unidos, en la que la Fed ha rebajado el ritmo de las subidas de tipos. Pese a esto, todo dependerá de cómo evolucionen los principales indicadores económicos.