El Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a subir los tipos de interés en 50 puntos básicos este jueves y prevé que la inflación se modere en los siguientes meses. De este modo, las nuevas previsiones de la institución presidida por Christine Lagarde establecen que la inflación seguirá por encima del objetivo del 2% en 2023, pero se situará de medida en el 5,3%. Esto supone rebajar a la baja la estimación de que los precios se situarían en el 6,3% que anticiparon en diciembre.

No obstante, la entidad ha advertido de que las recientes tensiones en los mercados añaden incertidumbre, tanto para la inflación como para el crecimiento. El BCE seguirá con su hoja de ruta marcada para rebajar la escalada de precios, pese a las turbulencias financieras desatadas en los mercados por las crisis bancarias de Silicon Valley Bank y Credit Suisse en los últimos días. En este sentido, el mensaje del banco central sigue siendo el mismo: la inflación sigue siendo alta y hay que actuar con "determinación" para rebajarla hasta el 2%.

Sin embargo, destacan que las tensiones actuales "añaden incertidumbre en torno a las evaluaciones del escenario de referencia para la inflación y el crecimiento". De este modo, el BCE ha revisado sus estimaciones y los expertos de la entidad esperan que ahora la inflación se situará, en promedio, en el 5,3% en 2023, mientras que en 2024 la subida de los precios será del 2,9%, medio punto menos de lo previsto anteriormente. No será hasta 2025 cuando la inflación se sitúe en el 2,1%, todavía por encima de la meta del 2%, pero dos décimas mejor de lo anticipado anteriormente.

La inflación subyacente, por encima de lo previsto

El BCE también tiene en cuenta las presiones inflacionistas en la tasa subyacente, la que no tiene en cuenta la volatilidad de previos energéticos y de los alimentos no elaborados. Esta tasa ha continuado aumentando en febrero y los expertos del organismo monetario esperan que se sitúe en una media del 4,6% en 2023, por encima de lo estimado en las proyecciones que habían publicado a finales del año pasado.

En cuanto a las estimaciones para los próximos años, el BCE espera que la inflación subyacente descienda hasta el 2,5% en 2024 y hasta el 2,2% en 2025, "en un contexto de desaparición gradual de las presiones al alza debidas a las perturbaciones de oferta anteriores y a la reapertura de la economía y en el que el endurecimiento de la política monetaria frena cada vez más la demanda".

El PIB crecerá hasta el 1% 

En cuanto al crecimiento económico de la eurozona, las nuevas proyecciones del banco suponen revisar al alza el PIB (Producto Interior Bruto) para 2023. Así, el BCE eleva el crecimiento del PIB hasta una media del 1% desde el 0,5% anterior, como resultado, tanto del descenso de los precios de la energía, como de la mayor capacidad de resistencia de la economía ante el difícil entorno internacional.

En esta misma línea, los expertos del BCE esperan que la actividad repunte posteriormente en mayor medida, hasta situarse en el 1,6%, tanto en 2024 como en 2025, respaldado por la fortaleza del mercado de trabajo, el aumento de la confianza y la recuperación de las rentas reales.

Si bien es cierto que para este año esperan que el crecimiento económico repunte por encima de lo esperado anteriormente, no ocurre igual para los siguientes ejercicios. De este modo, los pronósticos actualizados para los dos próximos años se sitúan por debajo de los publicados en diciembre, del 1,9% para 2024 y el 1,8% en 2025, como reflejo de la orientación más restrictiva de la política monetaria.