Andorra pone coto a la adquisición de viviendas por parte de extranjeros. El gobierno del Principado ha aprobado una moratoria a la compra de viviendas por parte de foráneos no residentes. Durante un periodo que se estima de tres meses, hasta la aprobación de la nueva ley que regule la actividad, la adquisición de inmuebles por parte de extranjeros quedará suspendida para evitar una avalancha de operaciones que esquiven una nueva norma que será más dura.

La nueva ley busca evitar la especulación y aumentar los recursos destinados al desarrollo de residencial en alquiler, que en los últimos años ha acentuado su déficit. El gobierno andorrano trabaja con la idea de aplicar un gravamen del 10% en las adquisiciones de viviendas por parte de extranjeros no residentes. Además, aumentará las tasas a la desinversión en un periodo menor de diez años.

Con estos recursos, el gobierno de Xavier Espot pretende impulsar políticas de ayudas al acceso a la vivienda para los ciudadanos del Principado en un momento en que Andorra atraviesa un periodo de fuerte demanda y algunos segmentos de la población tienen dificultades para encontrar una residencia.

“Andorra tiene el mismo problema que grandes ciudades como Madrid y Barcelona: falta vivienda en alquiler”, señala Jordi Tàpies, director de la inmobiliaria Lucas Fox en Andorra. “El anuncio de la moratoria nos sorprendió un poco, pero luego vimos que el alcance es limitado, porque solo afecta a los extranjeros y no impacta en los extranjeros residentes”, explica el profesional. La residencia en Andorra se logra, entre otras vías, con la adquisición de una vivienda de más de 600.000 euros.

A pesar de ello, el Col·legi d’Agents i Gestors Immobiliaris d’Andorra (Agia) ha mostrado su “malestar y sorpresa” por la decisión que, según ha señalado, genera “inseguridad jurídica a los inversores”.

La venta de inmuebles aumentó el año pasado un 23,1% en el Principado de Andorra, hasta las 5.718 unidades, según datos del departamento de estadística del país de los Pirineos. El valor del total de las transacciones fue de 237 millones de euros, un 28,3% más que en 2021.

Españoles, franceses, alemanes y británicos son los principales compradores de vivienda en Andorra, además de los principales vendedores. La firma Engel & Völkers calcula que alrededor de la mitad de la compra de viviendas son para segunda residencia.

Andorra se suma así a la lista de países que en los últimos años están endureciendo o limitando la compra de viviendas por parte de extranjeros. El caso más paradigmático es el de Canadá, que ha prohibido por ley comprar una vivienda a los extranjeros no residentes durante este año y el próximo. El Gobierno de Justin Trudeau considera que numerosos extranjeros estaban comprando una vivienda como inversión, algo que estaba encareciendo de manera desorbitada los precios en las principales ciudades del país.

El esfuerzo por comprar en Baleares

En las Islas Baleares también es un debate abierto ante la fuerte demanda de vivienda por parte de extranjeros, fundamentalmente ciudadanos de la UE que buscan una segunda residencia, que dificulta el acceso a una casa por parte de la población autóctona. De hecho, el esfuerzo para adquirir a una vivienda en Baleares alcanza los 17,6 años de salario íntegro, según Sociedad de Tasación, frente a los 9,5 años de la Comunidad de Madrid o los 9 de Cataluña. La media del conjunto de España son 7,3 años de salario íntegro.

A pesar de ello, las restricciones dentro de la UE a la adquisición de viviendas por parte de ciudadanos de la Unión son muy excepcionales y limitadas. También serían difíciles con países de fuera de la UE, como el Reino Unido, que automáticamente pasarían a aprobar medidas recíprocas.