El sector del aceite de oliva catalán afronta por tercer año consecutivo una producción excepcionalmente baja, especialmente en los cultivos de secano, si bien la previsión es que los precios se mantengan. Unió de Pagesos prevé unas pérdidas de entre el 40% y el 70% de la cosecha a causa de la climatología adversa.
A pesar de las lluvias de otoño, las escasas precipitaciones han condicionado el desarrollo del fruto, mientras que el granizo en diferentes zonas han hecho menguar la producción. La larga sequía acumulada en muchas comarcas también ha alterado profundamente el ciclo vegetativo de los árboles, impidiéndoles recuperar su capacidad productiva. Por otro lado, se ha producido un descenso considerable en la producción con riego de apoyo debido a la escasa pluviometría de los tres últimos años.
Las comarcas del Urgell, Segarra y Baix Penedès continúan con poca producción de aceituna, con pérdidas en algunos casos del 70%. Las lluvias de otoño solo han beneficiado a los árboles con aceituna verde, pero han sido contraproducentes en árboles más estresados, donde el agua y los últimos episodios de viento han hecho caer el fruto, según informa Unió de Pagesos en un comunicado.
En el Alt Camp las pérdidas han sido del 100%, tanto en secano como en regadío, después de una campaña anterior muy floja. En el Tarragonès, la cosecha de este año ha sido correcta porque los árboles no estaban tan estresados, pero en las últimas semanas han empeorado las perspectivas con el aumento de las aceitunas picadas por la mosca del olivo que, de momento, ya han provocado la pérdida de un 30% del fruto.
En la Ribera d’Ebre, donde el secano es minoritario, las lluvias de finales de septiembre y principios de octubre han permitido aguantar la cosecha con una producción del 60%. Por contra, los intensivos de nueva plantación presentan una caída notable. En el Priorat, la falta persistente de lluvia apunta a una producción muy escasa.
En el Baix Ebre y el Montsià, ha habido un impacto desigual. En las zonas más afectadas por el granizo y la borrasca se registran pérdidas totales del 100%, mientras que en los casos más favorables no se supera el 60% de la producción. El exceso de humedad en algunas áreas está provocando que los frutos se pudran en los árboles y las fuertes lluvias de octubre han dificultado la aplicación de tratamientos para contenerla.
Finalmente, en el Baix Segrià, la granizada de Maials, Llardecans y Seròs provocó daños del 30% al 100%. Las plantaciones de superintensivo han sido las más afectadas y desde el sindicato reclaman a Agroseguro celeridad en los peritajes.
Unió de Pagesos prevé que, a pesar de la baja producción de esta campaña, los precios puedan mantenerse estables, a pesar de la creciente presión sobre el sector.