Si vamos al supermercado, constatamos cómo el aceite de oliva ha bajado su precio ligeramente. Por término medio y con respecto a la media de la campaña pasada la semana 37, correspondiendo a la detrás de septiembre, el incremento producido era del 102,4%; y ahora, situados a la semana 42 el incremento es el 71,4%. Es decir, nos situamos aproximadamente en un decrecimiento del 30%, tal como se constata si vamos al indicador de referencia válido que publica el Boletín Semanal de los Precios del Aceite de Oliva desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

A pesar de todo, hay algunas excepciones. Así pues, lo que ha remontado un poco las dos semanas últimas es el Verge Extra que es el que compra la gente con mayor poder adquisitivo o más preocupada por la dieta saludable, pero en conjunto va bajando. Así pues, si vamos a las otras dos tipologías que el Ministerio analiza, como el virgen ha caído un 6,98% en las últimas cinco semanas a España. En Catalunya, la media es un poco inferior, del 3,6%, mientras que en Andalucía se sube hasta el 5,2%. Estas dos comunidades, junto con la de Extremadura y Castilla-La Mancha son las que marcan el rumbo principal de la tendencia a todo el Estado. Por otra parte, el aceite defectuoso, denominado 'lampante', también registra una bajada del 4,97% en toda España.

El aceite español, más caro que sus competidores

Si ampliamos la mirada, la tendencia europea es la misma. El principal escollo es que, a pesar de seguir el descenso, todavía continúa disparado. Con uno de sus competidores directos como es Italia, el aceite de oliva se paga a 612 euros los 100 kilos, mientras que en España está en 669 euros. Unas diferencias más acentuadas se registran con Grecia que está en los 470 euros. Hay que recordar que el sector del aceite de oliva es un pilar fundamental en el sistema agroalimentario español. España es líder mundial en superficie, producción y comercio exterior gracias a la tradición olivarera y una industria tecnológicamente adelantada y profesional capaz de obtener aceites de gran calidad. La producción española de aceite de oliva supone el 70% de la producción de la UE y el 45% de la mundial. El sector no solo tiene una indiscutible importancia económica, sino que también tiene una gran repercusión social, ambiental y territorial. Más de 350.000 agricultores se dedican al cultivo del olivar, el sector mantiene unos 15.000 puestos de trabajo en la industria y genera más de 32 millones de jornales por campaña.

Esta tendencia sigue lo que ya avanzó ON ECONOMIA a principios de octubre. Francesc Reguant, presidente de la Comisión de Economía Agroalimentaria del Colegio de Economistas de Catalunya, parte de una premisa: "El mercado del aceite está totalmente distorsionado". Y añade: "Si miráramos el precio, todos compraríamos colza, girasol, maíz... Pero no lo hagamos porque valoramos el valor nutricional". El año pasado se produjo una relativa caída de la producción que no justifica la subida de precios de este año. ¿Qué ha pasado? Han bajado los stocks, si baja la producción bajan los stocks. Pero estamos hablando de que los stocks han bajado por las bajas expectativas de producción de este año. Paralelamente, otros factores también han favorecido revertir el alza como una adaptación del propio consumidor que ha encontrado sustitutos en el aceite de oliva tradicional o la necesidad de una estabilidad para este producto que no puede continuar disparado en términos de IPC ya que, junto con la leche o el pan, son productos imprescindibles que nunca pueden faltar a las estanterías de los supermercados. O también una cantidad de stock en almacén que, tarde a temprano tiene que salir. A pesar de revertir la tendencia, volver a los precios anteriores parece, hoy por hoy, una quimera.