El 60% de los fijos-discontinuos son contratados por Empresas de Trabajo Temporal (ETT) gracias a que la reforma laboral autorizó el uso de esta modalidad contractual para el uso de trabajos intermitentes, pues anteriormente se circunscribían a actividades estacionales de mayor duración, por ejemplo las campañas turísticas en la hostelería. Lo que significa que uno de cada seis contratos como fijos discontinuos ya no se emplean en trabajos estacionales, sino en actividades de corta duración -algunas de días, incluso horas- que antes se cubrían mediante contratos temporales. Así lo ha puesto de manifiesto el investigador de Fedea, Florentino Felgueroso, en un estudio sobre el cambio de paradigma de la reforma laboral que fue presentado este martes en unas jornadas elaboradas por la propia Fedea, que ha pedido que se castiguen los contratos de fijos discontinuos de corta duración mediante un sistema de bonus-malus.

En su trabajo, Felgueroso concluye que este cambio normativo del contrato de fijo-discontinuo y la entrada de las ETT ha provocado que estos contratos sean tras la reforma, de muy corta duración, que se hayan reducido los periodos de actividad y que se haya incrementado el abandono voluntario de estos trabajadores. En marzo de 2022, antes de que entrase en vigor plenamente la reforma laboral, la contratación de fijos discontinuos de las empresas de trabajo temporal era nula, pero desde entonces se viene produciendo un crecimiento exponencial. Así, dos meses más tarde, del total de estos contratos registrados en el Sepe, el 6% eran en la modalidad de puesta a disposición de una ETT, en agosto el 27%, en diciembre ya el 50% y en febrero ya el 59%.

Contratos de puesta a disposición

La reforma laboral ha establecido que las empresas de trabajo temporal puedan celebrar contratos de carácter fijo-discontinuo para la cobertura de “contratos de puesta a disposición” vinculados a necesidades temporales de sus empresas clientes. Lo que significa que la ETT contrata en plantilla a un trabajador como fijo discontinuo, para cederlo, a su vez, a otra empresa mediante un “contrato de puesta a disposición” para actividades, en muchos casos, de corta duración. Anteriormente, estos trabajadores eran contratados por la ETT mediante modalidades temporales, pero con la reforma laboral se pretende dar más estabilidad a estos trabajadores, pues pueden desempeñar tareas sucesivas, pero siguen contratados por la ETT. Lo que no significa que estén cobrando un salario, pues la ETT -aunque legalmente no les despide-, les saca de la actividad, por lo que los da de baja en la Seguridad Social y, por tanto, no cotizan, aunque si han sumado dos años, tienen derecho a la prestación por desempleo. Igualmente, la reforma laboral exige que la ETT les mantenga la antigüedad desde el momento que los contrata sin descontar los periodos de inactividad, lo que tiene relevancia cuando la ETT les despida para la indemnización.

Felgueroso considera “intrigante” que desde la reforma laboral, los Servicios Públicos de Empleo (Sepe) lleven registrados 2,5 millones de contratos fijos discontinuos (el 37% del total de los indefinidos en el mes de abril) y, sin embargo, en la Seguridad Social consten unos 850.000 fijos discontinuos dados de alta y en la EPA algo más de medio millón. Felgueroso y otros economistas asistentes a la jornada de Fedea resaltan la mala calidad de los datos referidos a estos trabajadores, que no permiten conocer cuántos son en realidad, quiénes son y en qué momentos están de su carrera laboral. El propio Ministerio de Trabajo, tras una dura campaña contra el uso de los fijos discontinuos, anunció la depuración de los datos dado el volumen de fijos discontinuos que había generado la reforma laboral, algo que todavía está pendiente.

Descontentos con su trabajo

Realmente es una incógnita para expertos y profanos. Sin embargo, en las estadísticas de contratos del Sepe no aparecen los contratos de puesta a disposición, lo que podría suponer que parte de los contratos de fijos-discontinuos que se registran cada mes, puedan ser, en realidad, contratos de puesta a disposición, por lo que un mismo trabajador fijo-discontinuo podría estar computando varias veces en las estadísticas de contratos. Eso explicaría, al menos en parte, que se hayan registrado 2,5 millones de contratos de fijos-discontinuos desde marzo de 2022 y, sin embargo, los fijos discontinuos afiliados a la Seguridad Social no superen los 850.000.

Una idea que podría reforzar el peso que los fijos discontinuos están adquiriendo en las plantillas de las propias ETT. Según el estudio de Felgueroso, del total de los trabajadores cedidos por una empresa temporal a una empresa cliente, en febrero el 35% estaban contratados en la modalidad de fijos discontinuos.

Sin embargo, tanto Felgueroso coma Marcel Jansen, coautores del estudio e investigadores de Fedea, se plantean si la obvia reducción de la temporalidad contractual que ha generado la reforma laboral ha supuesto, realmente, una mejora en la estabilidad de estos trabajadores. Jansen ha resaltado este martes que esta modalidad contractual aporta mucha flexibilidad a las empresas, como el coste cero que supone enviar a los trabajadores a la inactividad (los dan de baja de la Seguridad Social, aunque no los despiden) o la excesiva rotación en estos trabajadores. Jansen resalta que esto podría llevar a muchas empresas a optar por un contrato de fijo discontinuo en vez de un fijo ordinario. De hecho, la Inspección de Trabajo está volcada en detectar si los fijos discontinuos deberían estar contratados como fijos ordinarios, puesto que no tienen periodos de inactividad. Lo que supondría un contrato en fraude de ley y su conversión a fijo ordinario.

Algunos datos avalan la inestabilidad de estos trabajadores. Si trimestralmente el 2% de los asalariados con un contrato fijo ordinario pasa del empleo al paro o a la inactividad, en el caso de los fijos discontinuos es del 20%, lo que supone que uno de cada cinco deja de trabajar cada trimestre. Lo que pone de manifiesto su alta rotación. Otro dato recogido por Felgueroso es el porcentaje de asalariados que están buscando otro empleo: si quieren cambiar el 6% de los que tienen un contrato indefinido ordinario, los fijos discontinuos son el 12%, aunque los temporales son el 17%.