damache

La bandera negra es un símbolo identificado con la lucha hasta la muerte. The Black Flag era, justamente, el seudónimo que utilizaba en los chats online para captar nuevos adeptos a la yihad Ali Sharaf Damache, el presunto yihadista detenido el jueves por la tarde por los Mossos en la avenida Meridiana de Barcelona.

La suya parece una historia trazada por los guionistas de la serie Homeland.

De origen argelino, Damache llegó hace quince años a Irlanda, país donde comenzó su supuesta actividad terrorista.

Según las pruebas aportadas por los Estados Unidos, en aquella época el principal objetivo de Damache era reclutar mujeres blancas a través de Internet. El FBI cree que intentaba crear una célula terrorista en Europa con mujeres occidentales que, por su apariencia, no levantarían sospechas en los departamentos policiales dedicados a la vigilancia contraterrorista.

Las mujeres de Damache

Una de las reclutadas es Jamie Paulin-Ramírez, una norteamericana de Leadville, pequeño pueblo de poco más de 2.000 habitantes perdido en el corazón del estado de Colorado.

Jamie viajó hasta Irlanda con su hijo de seis años. En su primer día en Europa se casó con Damache.

Arrestada en marzo del 2010, Paulin-Ramírez fue condenada a 8 años de prisión por haber proporcionado apoyo material a terroristas yihadistas.

Colleen Larose, otra estadounidense, también fue captada por Damache. Conocida como Jihad Jane, fue detenida por el FBI en septiembre del 2009 en Filadelfia, recién aterrizada de Irlanda. Jihad Jane cumple diez años de prisión acusada de conspiración para el asesinato. Su víctima tenía que ser el humorista gráfico sueco Lars Vilks, autor de unas viñetas satíricas sobre Mahoma. El ataque, sin embargo, fracasó.

Evitando la extradición

Damache fue arrestado en 2010 en Irlanda. Se le acusaba de haber amenazado de muerte por teléfono a un musulmán de Michigan crítico con el yihadismo. Fue condenado a tres años. Con un orden de extradición de Estados Unidos pendiente, fue arrestado de nuevo nada más salir de la cárcel.

Emprendió entonces dos causas judiciales. Ambas las ganó. En la primera, denunció al administrador de la cárcel de Cork, donde había pasado los tres años anteriores, a los servicios penitenciarios irlandeses, al ministro de Justicia y al fiscal general de Irlanda. Denunció que mientras estaba encarcelado, no se le dejaba realizar sus prácticas religiosas y además recibía toda clase de insultos y vejaciones tanto de los internos como de los funcionarios de la prisión, que no le servían comida halal.

Paralelamente, y en ejercicio de sus derechos como ciudadano irlandés, The Black Flag inició un juicio para evitar su extradición a Estados Unidos. La justicia irlandesa entendió que, si era extraditado, corría "el riesgo real de ser sometido a un trato inhumano y degradante" en las "potencialmente crueles penitenciarías estadounidenses". La sentencia fue dictada por la juez Aileen Donnelly el pasado mes de mayo.

Medio año más tarde, sin haber trascendido aún cómo llegó a la capital catalana, Damache quería volver a hacer ondear su bandera negra en Barcelona. Esta vez le salió mal.