No es descabellado decir que la inteligencia artificial está dando sus primeros pasos: es una tecnología a la que la mayoría de personas empezó a tener acceso hace menos de tres años, concretamente a finales de 2022, con el lanzamiento de ChatGPT, el bot conversacional más popular del mundo, desarrollado por la empresa OpenAI.
Si bien el grueso de los avances de IA lo hemos visto de la mano de un selecto grupo de grandes empresas estadounidenses, esto podría estar cambiando. El mejor ejemplo lo encontramos en China con DeepSeek, un laboratorio cuyo modelo lanzado en enero de 2025 dejó con la boca abierta a toda la industria. ¿El motivo? Ofrecer una alternativa a ChatGPT muy solvente con un costo de entrenamiento notablemente inferior.
Y aunque las restricciones estadounidenses respecto a las importaciones de chips para IA de NVIDIA no le están poniendo las cosas fáciles al país asiático, sabe cómo enfrentarse a las adversidades y sortear los obstáculos sin apenas complicaciones. De hecho, China cuenta con una herramienta de IA que puede diseñar procesadores en cuestión de días, superando a los mejores ingenieros.
QiMeng puede desarrollar un chip de conducción autónoma en pocos días, algo que costaría semanas a un equipo humano
El principal organismo científico de China ha presentado un nuevo sistema impulsado por inteligencia artificial que puede automatizar el diseño de chips, un sector dominado históricamente por las empresas estadounidenses. Esta plataforma, lanzada por la CAS (Academia China de Ciencias), se llama QiMeng, que significa «iluminación» en chino.
Desarrollada por el Laboratorio Estatal Clave de Procesadores, el Centro de Investigación de Software Inteligente y la Universidad de la Academia de Ciencias de China, la misión de QiMeng es acelerar el desarrollo de semiconductores y reducir la dependencia de los programadores humanos.
La herramienta aprovecha los modelos de lenguaje de gran tamaño para automatizar las tareas complejas de diseño de chips. Los desarrolladores encargados del proyecto publicaron el código abierto del sistema en GitHub junto a documentación técnica detallada en un artículo de investigación. Según los investigadores, QiMeng podría producir en tan solo unos días un chip de conducción autónoma, algo que llevaría semanas a un equipo humano.
QiMeng se basa en tres capas funcionales. La base es un modelo de chip de procesador específico para cada dominio. Por encima se encuentra un agente que gestiona tanto los aspectos de hardware como de software. La capa superior contiene diversas aplicaciones de diseño de chips. Los componentes trabajan en conjunto para facilitar el diseño automatizado del fronted, la generación del lenguaje de descripción de hardware, la configuración del sistema operativo y la creación de la cadena de herramientas del compilador.
Utilizando la plataforma, los investigadores han construido dos procesadores: QiMeng-CPU-v1, que es comparable al chip 486 de Intel, y QiMeng-CPU-v2, que se alinea con el Cortex A53 de Arm. Los investigadores apuntan a que las iteraciones futuras impulsarán la capacidad de autoevaluación del sistema. Si Estados Unidos todavía no está preocupado, tiene motivos para estarlo.