Las iglesias de la provincia holandesa de Limburgo, con capital en Maastricht, están considerando no encender la calefacción este invierno. El precio de los combustibles, unido a los escasos ingresos de las colectas semanales, hacen dudar a los párrocos holandeses.

Basílica Maastricht
Basílica Maastricht

Edificios mal concebidos

Las iglesias holandesas, góticas y neogóticas en su mayoría, son edificios grandes y con techos altos que resultan difíciles de calentar llegando, incluso a exigir desembolso de hasta 60 euros la hora y, con una hora, no basta para que la temperatura en el interior de cualquiera de los templos de la provincia sea agradable: la calefacción debe encenderse, como mínimo, una hora y media antes de que comience la misa y, si a eso le sumamos el tiempo que duran los oficios, nos acercamos peligrosamente a las dos horas. Contando que en una iglesia tipo pueden celebrarse hasta cuatro o cinco misas un domingo cualquiera de invierno, el coste en calefacción se dispara hasta los 600 euros por día.  

Una situación financiera complicada

Según el rotativo Trouw, uno de los más prestigiosos periódicos de los Países Bajos, el 76% de las parroquias del país sufre pérdidas algún mes del año y muchas de ellas están en números rojos. Sólo en costes de funcionamiento, las parroquias de Holanda exigen 145 millones de euros cada año y, de ellos, 48 se gastan en calefacción y mantenimiento. Con los precios actuales de la energía y lo poco que contribuyen los cada vez más escasos feligreses, los costes pueden dispararse así que, si tienes que visitar Holanda este invierno y eres de los que no se pierden la misa del domingo, prepara un buen abrigo o, incluso, un par de mantas tupidas. Seguro que, este invierno, más de uno se pregunta si en Holanda hicieron bien en la Edad Media prefiriendo el estilizado Gótico al recio (y más fácil de calefactar) Románico