Según ha desvelado la web The Verge, especializada en tecnología, Google se está viendo en un cierto aprieto en las vísperas del desfile del Orgullo de San Francisco. La que podría convertirse en una polémica creciente, ha surgido después de desde algunos empleados del gigante tecnológico hayan filtrado determinadas informaciones. Según cuenta The Verge, desde los despachos de Google consideran una violación del código de conducta que sus trabajadores participen en la citada marcha haciendo referencias a su pertenencia a la propia empresa desde fuera de la carroza que Google tiene preparada para ese día.

Al parecer, Google habría enviado una serie de notas internas a sus empleados en relación al rumor que se ha extendido de que algunos de sus trabajadores tienen planeado desfilar identificados como pertenecientes a Google o YouTube, ambas firmas pertenecientes a Alphabet, la compañía matriz, al margen de la propuesta oficial de la empresa.

Todo apunta a que desde uno de los foros de los grupos LGTBQ más conocidos de Google, llamado Gayglers, habrían solicitado a los responsables del desfile que prohibieran que su empresa pudiera participar oficialmente. Desde Gayglers y otros colectivos similares de Google se muestran totalmente en contra con algunos de los cambios en las decisiones políticas que se han tomado últimamente por parte de sus empleadores. Por ello, llevarían un tiempo planeando exhibirse en la marcha del Orgullo con pancartas y camisetas en las que criticarían claramente a Google.

Ante semejante posibilidad, la compañía ha optado por adelantarse y advertir por escrito a sus trabajadores que, lo que consideran una clara violación de las políticas de conducta de la empresa, se vería castigado severamente. Según The Verge, uno de los líderes de Gayglers habría declarado que los empleados son libres de realizar cualquier declaración que consideren oportuna al margen de la participación patrocinada por Google en la marcha pero que desde la compañía han dejado bien claro que no les permitirán utilizar la plataforma de Gayglers para expresar cualquier mensaje contradictorio con el que oficialmente expresa Google.

La polémica se comenzó a recrudecer cuando el youtuber Steven Crowder y el periodista Carlos Maza denunciaran cómo Google decide cómo y cuándo castiga a los propietarios de determinados canales en la plataforma de YouTube. Al parecer, Crowder y Maza se habrían mostrado especialmente críticos y hostigadores en sus canales hacia personas del entorno LGTBQ del mismo YouTube. A colectivos internos de Gayglers no les habría parecido suficientemente dura la postura de su empresa contra ellos, pese a que el propio CEO de Google Sundar Pichai ha prometido que la compañía examinaría detenidamente sus propias políticas de hostigamiento.

Quedan pocas fechas para la celebración del Día del Orgullo y lo cierto es que las posturas parecen estar muy alejadas. Los empleados LGTBQ se sienten censurados y no tienen intención alguna de dejar de lado sus planes de protesta en aras de la libertad de expresión y en contra de la que consideran una política errónea por parte de su empresa. Lo que no ha trascendido es en qué puede consistir el castigo de la compañía hacia sus empleados díscolos. Solo queda esperar a la llegada del Orgullo y ver cómo se termina desarrollando todo. Lo que está claro es que si no se llega a un acuerdo entre las partes, la reputación de Google podría sufrir un deterioro en determinados sectores de la sociedad.