En Europa, históricamente, han predominado los vehículos con transmisión manual (más conocidos como «de marchas»). Todos los que nos hemos sacado el carné de conducir en España, Italia, Francia, Grecia y Portugal, entre otros países, lo habremos hecho con un coche con palanca de cambio. En Estados Unidos, por el contrario, la norma son los vehículos automáticos.
Esta diferencia se remonta a mediados del siglo XX. Las grandes marcas estadounidenses como General Motors y Ford apostaron por los coches automáticos porque en el país norteamericano predominaban las carreteras más amplias, las autopistas interestatales y las largas distancias entre ciudades. Este sistema se ajusta más a un estilo de conducción caracterizado por la comodidad.
Las calles de España y buena parte de Europa son más antiguas y estrechas, además de haber más zonas montañosas y tráfico. Es por esto por lo que los fabricantes del Viejo Continente optaron por los coches con transmisión manual, ya que se ajustaba más al estilo de conducción deportivo/manual. Otro de los factores importantes era el precio del combustible. En Estados Unidos, el precio del combustible era más bajo que en Europa. Como los coches automáticos consumían más, la diferencia no importaba demasiado.
No obstante, actualmente hay un incremento notable en la adopción de vehículos de transmisión automática en todo el mundo. Incluso en España. Y es que son más fáciles de usar porque su sistema resulta menos complicado de aprender. Pero el debate entre cuál es mejor todavía tiene una gran pregunta por responder: ¿cuál es más fiable? Pues depende principalmente del tipo de conductor y del tipo de cambio automático, porque no todos son iguales.
Ventajas y desventajas de la transmisión manual y transmisión automática

La transmisión manual es la «clásica» en España y muchos otros países europeos. Mecánicamente, es más simple al contar con menos componentes complejos, lo que significa que cuenta con menos puntos de fallo. Además, si tiene una avería, normalmente es más barata de reparar (cuesta menos dinero reemplazar un embrague o ajustar la caja manual que toquetear un automático). Otro de sus puntos fuertes es que si se sabe cuidar, un coche manual puede durar perfectamente durante cientos de miles de kilómetros.
La transmisión automática, tan popular en los Estados Unidos de América, favorece un estilo de conducción más cómodo y suave, con un margen de error humano al no tener embrague. Además, las cajas de convertidor par y de doble embrague más modernas son bastante más fiables que las de hace unos años. No obstante, las reparaciones tienden a ser más caras, y hay bastante desconocimiento al respecto de su mantenimiento, lo que podría acortar la vida del vehículo.
Cada sistema tiene sus puntos positivos y negativos, y el entorno en el que se vaya a utilizar el coche influye mucho. El manual es más incómodo para usar en ciudad por los problemas de tráfico, aunque a largo plazo puede llegar a ser más duradero. Los automáticos ofrecen una experiencia de conducción más agradable tanto en ciudad como en largos trayectos, pero sus reparaciones suelen ser más costosas. A continuación, te explicamos los tipos de transmisión automática que existen.
Tipos de transmisión automática
Como adelantábamos, existen diversos tipos de transmisión en los coches automáticos, algo que mucha gente no sabe y que puede provocar que la experiencia de usuario cambie radicalmente de uno a otro. Te explicamos cuáles son los principales y sus características, además de sus ventajas e inconvenientes.
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Cambio automático convencional (hidráulico o de convertidor de par): usa un convertidor de par en lugar de un embrague y engranajes planetarios para cambiar de marcha. Es un sistema suave, fiables e ideal para conducción relajada. Tradicionalmente, consumía más combustible, aunque los más modernos ya no tienen este problema.
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Cambio automático de doble embrague: lleva dos embragues, uno para marchas pares y otro para las impares, cambiando casi sin interrupción. Los cambios son muy rápidos y eficientes. No obstante, es un sistema que suele ser caro de mantener y algo brusco cuando se baja de velocidad.
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CVT (Transmisión Variable Continua): este sistema no tiene marchas fijas, sino una correa o cadena que varía de posición entre dos poleas. Como resultado, la conducción es muy suave y el consumo en ciudad es bastante contenido. El problema es que se siente cierta falta de respuesta en aceleraciones profundas.
Cuando vamos a comprar un coche nos fijamos en cantidad de cosas, pero la transmisión no suele ser una de ellas, más allá de asegurarnos de si es manual o automática. Viendo que esta última está en aumento, conviene conocerla un poco más a fondo para tomar la decisión correcta. Mencionadas las posibilidades, podríamos dictaminar que el cambio manual es el más fiable porque es el más simple, y sus averías suelen ser más simples, pero esto no quiere decir que sea el mejor.