Son más de 250, se encuentran en Els Cogullons (un despoblado del municipio de Montblanc situado en la Serra de Prades a más de mil metros de altura), datan de hace más de cuatro mil años y han sido inventariados por un equipo de científicos del Instituto Catalán de Paleoecología Humana. Se trata, en concreto, de grabados sobre roca arenosa y forman parte del que se considera uno de los conjuntos de grabados rupestres postpaleolíticos más importantes de Catalunya.
Al aire libre
Los grabados reproducen figuras humanas de manera esquemática y se integran en el Conjunto de Arte Rupestre de las Montañas de Prades. En esta zona montañosa, roca en abrigos pétreos, se han ido localizando grabados similares desde los años 70, pero nunca hasta la fecha se habían estudiado con detalle. Los investigadores consideran que la formación rocosa en la que se ubican, de gres rojo, podría ser parte de un espacio sagrado. Además de herraduras y figuras humanas que, a simple vista, son poco más que cruces; en el yacimiento aparecen también otros grabados en los que se intentó, a decir de los expertos que analizan el yacimiento, a líderes o personajes dominantes. Para representarlos, se echó mano de la esquemática cruz que se empleaba para representar a los personajes convencionales pero se les añadieron grandes manos. Algunas de estas figuras alcanzan los 50 centímetros y tienen un nivel de detalle notable. Son evidencias de que, en aquel mundo postpaelolítico, existía algún tipo de jerarquía.
Una zona poblada desde antiguo
La Conca de Barberà y su entorno inmediato es una zona poblada desde antiguo en la que, por ejemplo, se considera que se ubicó el primer pueblo digno de tal nombre que existió en Catalunya. Cerca de Vimbodí, en la zona denominada el Molí de Salt, se excava desde hace veinte años y en torno a 2015 se localizó un grabado que reproducía algo similar al mapa de un asentamiento. Las pinturas localizadas ahora en Els Cogullons se han documentado mediante escáneres tridimensionales y sistemas de fotogrametría.